Los seres humanos anhelamos siempre la verdad y por esa misma razón escuchamos a nuestros gobernantes, leemos periódicos o vemos las noticias en la televisión. Vaclav Havel decía que lo malo no es mentir, sino vivir en la mentira como pasaba en aquellas sociedades comunistas. Pero me parece que, en una sociedad democrática, lo malo es mentir porque en la mentira no se puede vivir. «La mentira no es medio para la verdad», ha escrito Gabriel Zanotti. La subordinación de la verdad a los intereses políticos produce un daño social de efectos incalculables, porque el imperio de la mentira corrompe todo lo que toca. Lo sorprendente es que ahora a las mentiras se les llame fake news [noticias falsas], que recuerda aquello atribuido a Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler, de que «una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad».
