Las diferencias internas dentro de La Libertad Avanza (LLA) volvieron a quedar expuestas en los días previos a las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, en medio de un clima de tensión entre los principales armadores del espacio. Sin embargo, el contundente triunfo en territorio porteño —que consagró como legislador porteño a Manuel Adorni y relegó tanto al peronismo como al PRO— cambió el ánimo puertas adentro del oficialismo y aplacó , al menos momentáneamente, los cortocircuitos entre el ala referenciada en la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y el sector encabezado por el asesor presidencial Santiago Caputo.
Cerca de Caputo insisten en que “no hay diferencias” con Karina Milei, sino que cada uno se ocupa de ejercer “diferentes roles”: mientras él se enfoca en aportar ideas y diagramar estrategias de comunicación, ella se ocupa del armado político territorial y la toma de decisiones sobre la política electoral.
Una interna con dos lógicas distintas
Los cortocircuitos entre ambos no solo responde a diferencias de estilo, sino también a enfoques opuestos sobre cómo expandir el espacio libertario. Mientras Caputo y su equipo digital —conocido como Las Fuerzas del Cielo (LFC)— promueven una estrategia restrictiva basada en dirigentes “puros”, con fuerte impronta en redes sociales y en materia de comunicación, el sector de Karina Milei, con Sebastián Pareja y Eduardo “Lule” Menem como principales operadores, privilegia los acuerdos con referentes locales y militancia en las calles para construir territorialidad.
Las discusiones se profundizaron al momento de definir qué tipo de dirigentes sumar al espacio. Desde el círculo de Caputo apuntaron contra algunas incorporaciones recientes —impulsadas por Menem y Pareja— por considerar que se alejan del ideario libertario o arrastran antecedentes polémicos. En contraste, desde el ala referenciada en Karina Milei sostienen que, sin acuerdos con referentes locales y sin una estructura territorial sólida, resulta inviable consolidarse como fuerza nacional.
Pese a las diferencias internas, hasta ahora el sector de Caputo no había tenido más alternativa que convivir con el armado territorial que lidera Pareja, aunque lo miran de reojo por su cercanía con prácticas asociadas a lo que consideran “la vieja política”. Sin embargo, con la inminente alianza con el PRO, esa dinámica promete modificarse: al armado local se sumarán intendentes y dirigentes amarillos con peso propio en el territorio, lo que reconfigurará ese escenario.
Episodios que escalaron la tensión
Algunos episodios profundizaron la interna. En Santa Fe, LLA obtuvo un tercer lugar en las elecciones del 13 de abril, pese a la advertencia previa del equipo de Caputo de no participar activamente. Poco después, surgieron denuncias en Misiones contra Adrián Núñez, presidente partidario local cercano a Menem, acusado por referentes del espacio de retener parte del salario de empleados públicos para financiar la campaña.
Situaciones similares se replicaron en Santa Cruz, donde trascendieron chats y audios que sugerían pedidos de aportes económicos a empleados de PAMI, y en La Matanza, Fernando Carena —referente vinculado a Pareja— quedó envuelto en un confuso episodio tras denunciar un robo de dinero, que no pudo ser comprobado por la policía.
En redes sociales, las diferencias también se hicieron evidentes. Durante el acto de cierre de campaña en CABA, los militantes de Las Fuerzas del Cielo se diferenciaron con remeras bordó, en contraste con el violeta tradicional de LLA para dejar en claro su identidad autónoma. En redes, el presidente Javier Milei reposteó contenidos de ese espacio y destacó la figura de Agustín Romo, jefe del bloque libertario en la Legislatura bonaerense y figura cercana a Caputo.
Las diferencias escalaron tras una publicación de Pareja junto a referentes seccionales de la provincia y con el diputado José Luis Espert frente a Casa Rosada. El posteo fue blanco inmediato de críticas por parte del espacio digital: Daniel “Gordo Dan” Parisini y otros usuarios como Esteban Glavinich (“Traductor Te Ama”) cuestionaron la ausencia de Romo en la imagen, lo que consideraron una exclusión deliberada. Según se supo, el legislador estaba en la Casa Rosada al momento de la foto, pero no fue convocado para participar.
Otro foco de conflicto estalló en Junín, donde Marina Biagetti, militante libertaria vinculada a Las Fuerzas del Cielo, fue apartada de los grupos de LLA. Apuntó contra Alberto Pascal, jefe local del PAMI y hombre de Pareja. Tras la presión en redes y el respaldo de referentes como “Gordo Dan”, Pascal fue removido de la conducción política en esa ciudad.
En paralelo, el PAMI —organismo controlado por el ministro Mario Lugones, hombre cercano a Caputo— lanzó una auditoría interna que apunta a presuntas compras sin licitación y aportes compulsivos del 10% del sueldo exigidos a empleados. Las delegaciones afectadas están en manos de dirigentes del riñón de Menem y Pareja.
La disputa también se proyecta hacia el futuro electoral. Hay quienes afirman que Caputo impulsa a Romo como posible cabeza de lista para diputados nacionales en 2025, lugar que inicialmente parecía reservado para Espert, quien también trabaja en su candidatura a gobernador para 2027. Sin embargo, algunas voces aseguran que Caputo imagina ese mismo destino para Romo.
Mientras tanto, desde ambos sectores coinciden en la necesidad de sumar figuras del PRO a la estructura libertaria. Karina Milei encomendó a Pareja y “Lule” Menem la tarea de negociar esas incorporaciones. La estructura bonaerense que lideran ya tiene representación en los 135 municipios y una mesa provincial activa, mientras que Las Fuerzas del Cielo mantienen su base en redes y un alto grado de influencia entre jóvenes militantes.
Más allá de las diferencias, la victoria en CABA representó un punto de inflexión y una bocanada de aire fresco al interior del triángulo de hierro. Desde Casa Rosada aseguran que el respaldo presidencial abarca a ambos sectores. “El Presidente necesita que todos remen para el mismo lado”, repiten cerca del despacho del mandatario. La apuesta común es consolidar una alternativa antikirchnerista en la provincia de Buenos Aires, donde se juegan las grandes batallas de cara a 2025.