Tenía que estar presa en su casa en Córdoba, pero cayó en una competencia top de caballos en Belgrano

Agustina Ercoli Navarro (30) nació y se crió entre caballos. Su padre siempre estuvo ligado al turf y ella fundó una escuela de equinoterapia en Córdoba. Es lo que en el ambiente se denomina una amazona de nivel internacional.

Pero Agustina no es sólo eso. También es la esposa de uno de los narcos más sanguinarios de Rosario, Fabián “Calavera” Pelozo (35), detenido en 2022 y actualmente alojado en Ezeiza bajo el régimen “Alto Perfil“. Se lo conoce como la mano derecha del capo Esteban Lindor Alvarado (45).

Por ayudarlo a llevar su negocio de drogas y lavar dinero, Agustina Ercoli fue detenida en agosto del año pasado, pero casi de inmediato logró la prisión domiciliaria. Su hija de siete años comenzó con episodios de depresión ya que no tenía contacto ni con su padre ni con su madre ni con su abuelo abuelo (también preso).

Agustina se fue a vivir con su hija y su mamá a Córdoba capital y juró que iba a respetar las condiciones de su prisión domiciliaria. Su mamá se comprometió a seguir las reglas y -ante la falta de stock de pulseras o tobilleras electrónicas- confiaron en su palabra.

Pero no cumplieron lo pactado: la esposa de Pelozo fue detenida el pasado viernes 9 de mayo en pleno Club Hípico Argentino (Figueroa Alcorta 7285), en Belgrano, a 700 kilómetros de donde debía estar.

La esposa de Pelozo estaba compitiendo en el campeonato “Sol de Mayo”, uno de los más importantes de la Argentina, que da puntaje para el ranking de la Federación Ecuestre Internacional.

Por las fotos que difundió el Ministerio de Seguridad de la Nación, el Escuadrón de Operaciones Antidrogas de Gendarmería literalmente bajó a Ercoli del caballo y se la llevó detenida por violar las condiciones de su prisión domiciliaria.

Según la resolución judicial por la que se le otorgó el beneficio de estar en su casa, solo podía “salir para consultas o tratamientos médicos, previo contar con la autorización del tribunal, salvo casos de urgencia, autorizando para poder llevar a su hija al colegio a las 8 y retirarla a las 16“.

Ir a hacer equitación a Buenos Aires no estaba en la lista de “permitidos”. Por eso, en principio quedó alojada en Gendarmería, pero en la semana será trasladada a una cárcel federal.

Tanto Agustina Ercoli como su padre, Mario Ángel Ercoli Navarro (57), están procesados por ser parte de la banda de “Calavera” Pelozo. A él se lo acusa de administrar bienes para el traslado de drogas, entre ellos un trailer y un camión.

Detalle: en 2017 Mario Ercoli fue acusado de dopar a un caballo en el hipódromo de Rosario.

A Agustina se le imputa haber puesto a su nombre propiedades compradas con dinero de la venta de cocaína en Rosario. Se le atribuye un lote en el Carlos Paz Golf Club, dos departamentos en el centro de Rosario y lotes en Iberlucea. Además, inició varios negocios: la escuela de equinoterapia, dos minimarkets y un geriátrico.

Con un perfil más bajo que Ariel “Guille” Cantero (35), líder de Los Monos, o Esteban Alvarado, Fabián Pelozo se fue haciendo grande en el mercado de drogas de Rosario. Sin embargo (o tal vez por eso), vivía en una lujosa mansión en el country Lomas de la Carolina, en las afueras de la ciudad de Córdoba.

Pelozo recibía la cocaína del narco boliviano Jorge Adalid Granier Ruiz (44), detenido en el sur de Brasil en marzo de 2023 y extraditado a la Argentina a fines de ese año.

Granier Ruiz -un hombre con contactos con el poderoso grupo narcocriminal brasileño Primer Comando Capital (PCC)– está acusado de bombardear con cocaína el NOA argentino. Proveedor del clan Loza, tenía en su cartera de clientes a la famosa narco salteña Adelaida “La Tía” Castillo (62).

Pelozo no sólo trabajaba en sociedad con Castillo, incluso fue condenado con ella en agosto de 2023. Le dieron nueve años de prisión y a Castillo 13 años por el tráfico de 389 kilos de cocaína secuestrada en Iberlucea (Rosario) y que tenía destino Buenos Aires.

“Calavera” fue detenido en marzo de 2022 luego de que se lo vinculara a uno de los episodios más sangrientos de la historia criminal de Santa Fe, conocido como “La boda narco“.

El 29 de enero de 2022, Iván Maximiliano “Rey” Giménez (33), su pareja Érica Romero (35), y Elena -su hija de un año y medio- fueron acribillados cuando se retiraban del casamiento de los traficantes Esteban Rocha y Brisa Leguizamón, no por casualidad en la localidad de Iberlucea, territorio de Pelozo.

Siguiendo con la saga de violencia, a Pelozo también se lo vincula con el homicidio de Nahuel Fernández, quien está desaparecido desde agosto de 2018 y cuya casi segura muerte se atribuye a Esteban Alvarado. Por lo pronto, solo tiene dos condenas por narcotráfico y una pena a 15 años a cumplir.

La causa que involucra a su esposa y su suegro estalló en agosto pasado y tuvo dos ejes: el tráfico de casi media tonelada de cocaína y un doble crimen.

Silvio David Vitullo (40) y Diego Fabián Segura (30) aparecieron muertos la tarde del sábado 10 de diciembre de 2022. Sus cuerpos fueron estaban maniatados en la parte trasera de una camioneta Citroën Berlingo incinerada en la calle Chivilcoy, entre la ruta 16 y avenida Néstor Kirchner, en la localidad de Guernica (Presidente Perón).

Sus muertes habrían sido ordenadas por Pelozo como represalia por el robo de una camioneta Toyota Hilux 4×4 que le pertenecía, ocurrido un tiempo antes, el 24 de noviembre. La camioneta estaba cargada de armas y cocaína.

En agosto, en un operativo liderado por la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) y Gendarmería -que incluyó 25 allanamientos- se detuvo un grupo de soldados de Pelozo que participaron en los homicidios y se imputó a “Calavera” como autor intelectual de los crímenes. Fueron 13 detenidos, de los cuales cuatro ya estaban presos. Sólo quedó un prófugo.

Además, en la misma investigación -radicada en el juzgado de Carlos Vera Barros- se imputó a a la banda del tráfico de casi media tonelada de cocaína (464 kilos) secuestrada el 1° de julio de 2024 en el departamento de San Justo (Santa Fe) y de liderar una “asociación ilícita” que -de acuerdo al análisis de la Procelac- lavó millones y en la que participaron su suegro y su esposa.

Por su perfil, el rosarino está aislado en el Módulo VI de la cárcel de Ezeiza, reservado para presos de “alto riesgo”, con restricción de visitas y llamadas. Dicen que no le gusta para nada.