Desde la Casa Rosada el mensaje es bien claro: o se adaptan o mueren. Antes de esta definición las más importantes cámaras industriales se unieron para analizar su nivel de competitividad.
Y aunque reconocen que Javier Milei hizo mucho, también reprochan lo poco que se avanza en lo que se llama nivelar la cancha ahora que Argentina abrió sus puertas a la importación.
Ese estudio de todas las cámaras que representan al sector metalúrgico busca demostrar una realidad traumática del portón de la planta hacia afuera con impuestos sobre el precio en puerta de fábrica sin IVA que son más del doble que en Brasil y México.
Mencionan que el costo laboral llega al 67% de la masa salarial. Y, que a pesar de índices de siniestralidad similares, la litigiosidad laboral es 10 a 20 veces superior al de países comparables. Argentina se encuentra, además, entre los países con peor desempeño logístico.
Estos industriales piden diálogo y advierten que en este contexto se puede intensificar un proceso de desindustrialización que llega siempre de la mano de gente que queda en la calle.
El estudio fue realizado en conjunto por los fabricantes de maquinaria agrícola, acoplados, tubos y perfiles, construcciones livianas de acero, línea blanca, electro y gasodomésticos, autopartes y envases de acero, principalmente. Son industrias que junto con la automotriz, nuclean 17.000 empresas, en su mayoría PyMEs, que generan US$ 11.500 millones en exportaciones y 350.000 empleos directos.
En lo que parece una respuesta al Presidente que supo reprocharles que para subsidiar a la industria se le robó al campo, en el arranque de las conclusiones se interpela: “¿Industria o recursos naturales? ¿Exportación o mercado interno? ¿Sustituir importaciones o integrarnos al mundo? Estas son preguntas clásicas del debate sobre el desarrollo económico argentino, pero quizás estamos viendo el tablero al revés: no se trata de elegir entre extremos, sino de entender cómo se conectan todas estas piezas. La experiencia global nos muestra que no hay país desarrollado sin una industria fuerte, y Argentina no es la excepción”.
Llaman a construir una agenda común para crear más inversión y empleo para poder competir en una cancha nivelada.
Aquí sus puntos centrales: