Un juicio tiene una o varias víctimas, sus familiares e imputados. Todos buscan un mismo objetivo: obtener justicia. El debate por la muerte de Diego Armando Maradona (60) comenzó con ese fin, pero un escándalo judicial que involucró a una de las juezas llevó a todo quedara nulo, como si nunca hubiese existido.
Pasaron 44 testigos en 21 audiencias. En las últimas tres solo se hablaron de recusaciones, cuestiones técnicas y, principalmente, del comportamiento de la jueza Julieta Makintach (47), quien quedó en el centro de la escena al confirmarse que grabó una entrevista y varias imágenes para una miniserie vinculada al juicio más importante del año.
Dalma (38), Gianinna (36), Jana (29), Diego Jr. (38). y Diego Fernando Maradona (13) -representado por su madre, Verónica Ojeda- son particulares damnificados en este debate. También integran la acusación Claudia Nora (53) -conocida como “Cali”-, Ana Estela (74) y Rita Mabel “Kitty” Maradona (71), hermanas del Diez.
Los imputados son el neurocirujano Leopoldo Luque (44), la psiquiatra Agustina Cosachov (40), el psicólogo especialista en adicciones Carlos “Charly” Díaz (33), la coordinadora de Swiss Medical Nancy Forlini, el coordinador de la prestadora Medidom Mariano Perroni y el médico clínico Pedro Di Spagna.
Fueron audiencias de casi ocho horas, dos veces por semana, desde el inicio el 11 de marzo. En un total de 21 jornadas, con la de este jueves, sola una imputada, la psiquiatra Cosachov, dio su testimonio ante los jueces del tribunal. Cuando el psicólogo Díaz iba a seguir ese mismo camino, el debate colapsó.
La decisión de los jueces Maximiliano Savarino y Verónica Di Tommaso, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 3 de San Isidro, de excusarse y declarar el juicio nulo trajo nuevos cuestionamientos.
¿Quién ganó y quién perdió con la nulidad del debate?, ¿quién se benefició y quién se perjudicó con esta decisión?, ¿qué se demostró y qué faltaba demostrar?
Todas las partes coinciden que nadie ganó con el “regreso a cero” del juicio, aunque la declaración de testigos fueron estableciendo el rol de los imputados en el resultado muerte de Maradona, que fue el objeto de debate en este proceso.
Luque fue el primero en decir que salió beneficiado con la nulidad ya que sentía que lo iban a hallar culpable luego de conocerse la miniserie vinculada a la jueza Makintach. “Ya estaba condenado en el documental”, dijo a los medios, entre ellos Clarín.
Por su parte, Cosachov coincidió con Luque en que si continuaba la jueza Makintach en el debate, ella también iba a ser condenada.
Durante el juicio, varios testigos afirmaron que el equipo tratante estaba conformado por Luque y Cosachov.
Por la prueba exhibida hasta el momento no había indicios de la participación del psicólogo Díaz. Jana y Gianinna lo mencionaron en su declaración como parte del equipo médico que atendía a su padre y que definió la internación en la casa de Benavídez.
El coordinador Perroni tampoco fue casi mencionado en el debate. Una testigo vinculada a la prestadora Medidom dijo que fue él quien designó a los dos enfermeros, Madrid y Almirón.
Justamente Almirón comenzó a ser nombrado con la declaración de Gianinna, quien ante las preguntas de del abogado defensor Franco Chiarelli sostuvo que Maradona se dejaba atender y revisar por el enfermero.
Por último, Di Spagna, quien estuvo presente en todas las audiencias como Perroni, comenzaba a despegarse de la responsabilidad por la muerte de Maradona.
Gianinna y Jana declararon que lo vieron el 18 de noviembre y que el Diez no lo recibió. Di Spagna se quedó varias horas, pero la actitud del ex futbolista no cambió. El médico clínico solo lo vio un día en el que, junto con un nutricionista, presentaron un informe. La tercera vez que se trasladó hasta Benavídez tampoco pudo verlo y menos evaluarlo.
Las declaraciones de varios médicos vinculados a la Clínica Olivos, de Swiss Medical, también derivaron, entre otras cuestiones, en un allanamiento a dicho centro.
A su vez, existe una causa paralela en el fuero civil por parte de Dalma y Gianinna por aproximadamente 16 mil millones de pesos. Este expediente depende, en cierta forma, de la suerte de Forlini, dado que si la coordinadora de dicha prepaga era absuelta se podría caer la demanda.