El juicio por el femicidio de María Alejandra Abbondanza (38) empezó este jueves en Campana. El mismo tribunal que condenó a Claudio Contardi (57), el ex marido de Julieta Prandi (44), por abuso sexual agravado, será quien deba decidir sobre el futuro de Agustín Leonel Chiminelli (27), pero también de sus padres, Carlos Rubén Chiminelli (69) y Liliana Esther Sánchez (64).
Alejandra fue brutalmente asesinada el 16 de septiembre de 2022 a metros de su casa. Salió con su perro, sin llave y sin billetera. Entró, nunca se supo bien por qué, a la casa de Alberdi 748, en Campana, al norte del Gran Buenos Aires.
De acuerdo a la investigación de la fiscal Ana Laura Brizuela, la mujer ingresó a esa propiedad alrededor de las 17.30 porque tenía un vínculo sentimental con Agustín Chiminelli, quien la hizo pasar. Producto de una discusión, el joven “se ofuscó” y la “agredió físicamente propinándole golpes, por lo que la víctima, atemorizada, se defendió enérgicamente, incluso causándole lesiones” a su atacante.
“Posteriormente, a las 18.23, arribó al lugar Carlos Chiminelli -progenitor del imputado- y a las 19.20 también lo hizo Liliana Ester Sánchez -madre del imputado- quienes vivían en el lugar”, explica la elevación a juicio.
Para la fiscal Brizuela y para el juez de Garantías 2 de Zárate-Campana, Julio Andrés Grassi, cuando llegaron los padres de Agustín, su víctima todavía estaba con vida, herida de gravedad. De acuerdo a la acusación, tomaron conocimiento de lo que había ocurrido y, “de común acuerdo”, realizaron maniobras para “procurar impunidad”.
Este es justamente un punto clave a desarrollar en el juicio. Es que, de acuerdo al Código Penal argentino, no es punible el encubrimiento cuando lo realiza “un ascendiente, descendiente, cónyuge o hermano” del autor del delito. Es decir, en principio, los padres no podrían ser penados por encubrir a su hijo.
Pero el juez Grassi consideró inconstitucional este artículo porque entendió que ese acuerdo familiar iría contra la Constitución Nacional y los tratados internacionales que obligan al Estado Argentino a investigar y sancionar la violencia contra las mujeres, puntualmente citó la Convención de Belém do Pará.
Es decir que, frente a un femicidio, no podría admitirse que los padres queden automáticamente exentos de responsabilidad por encubrimiento solo por el vínculo de parentesco.
Así, Agustín Chiminelli llegó a juicio con prisión preventiva como autor del delito de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género. Mientras que sus padres son juzgados como coautores de homicidio agravado criminis causae (matar para ocultar otro delito) y, subsidiariamente, por encubrimiento agravado por delito grave.
Los padres, señalados por otras víctimas
“Tus viejos veían todo lo que hacías y me hacías pasar y te apañaban por ser su único hijo, encerrándome en su casa porque si me quería ir el nene se ponía violento y si ya había roto cosas empezaba a volar otras por el aire. Y siempre, siempre, te defendieron y eras el bueno”, posteó una mujer en redes sociales cuando Agustín Chiminelli fue señalado por el femicidio de Abbondanza.

Ese posteo fue realizado por M., una joven que fue pareja de Chiminelli en 2017 y que en el expediente declaró que “la familia parecía ser muy normal, pero que las actitudes violentas comenzaron” poco después. Describió, por ejemplo, que “Agustín se presentaba en su casa y la llevaba por la fuerza” al domicilio de él y “una vez allí cerraba la puerta de la habitación con llave y la amenazaba con romper cosas si no tenían relaciones sexuales“.
También relató que su ella se negaba a tener sexo, él “la perseguía hasta que lograba forzarla” y que todas estas situaciones “ocurrían con los padres de Agustín dentro de la vivienda, por lo que escuchaban lo que estaba pasando y nunca hicieron nada para ayudarla“.
Además, recordó que en una oportunidad, luego de sufrir una violación, el joven se quedó dormido y ella logró escapar de la habitación. Se encontró con la madre de su pareja en el comedor y la mujer le pidió que no se fuera. Entonces, “Agustín la persiguió y la obligó a volver a la casa y una vez allí fue su madre quien cerró la puerta con llave para impedir que M. se vaya”.
Por su parte, otra ex pareja del acusado, identificada como C. también describió un vínculo atravesado por la violencia, los abusos sexuales y el encubrimiento de sus padres. “En el marco de una discusión, Agustín rompió un teléfono celular y se tornó muy violento hacia quien declara, que el coimputado Carlos Chiminelli se acercó a Agustín y le dijo: ‘que se deje de joder porque los vecinos estaban escuchando'”; declaró ella en el expediente,
Una semana antes del femicidio de Abbondanza, G., otra ex novia del principal acusado, pidió en el Juzgado de Familia de Campana una restricción de acercamiento. Describió cómo Sánchez intentaba convencerla de permanecer con Agustín, a pesar de los hechos de violencia.
El encubrimiento
Todos sabían que Abbondanza había desaparecido en el barrio, incluso antes de encontrar las cámaras de seguridad. Había salido sola con el perro y como no regresaba. a las 01.25 del 17 de septiembre su hermana realizó la denuncia.
A las 11 de la mañana, gracias a las cámaras de seguridad, la buscaban en las casas de la cuadra. Mientras tanto, La madre de Agustín Chiminelli estaba parada en la vereda, mirando, como una espectadora más, el operativo policial
También intentó desviar la investigación de su casa: declaró que el garaje pertenecía a la casa de al lado, por lo que allanaron esa propiedad primero.
Después mintió al decir que el galponcito en el que se había cometido el crimen era alquilado, cuando, en realidad, era ocupado por su hijo.
Para la Justicia, el joven no podría haber movido el cadáver de la víctima desde la planta baja, por una escalera de 60 centímetros, solo. Una vez en la terraza, la subió a la parrilla que tenía con la intención de incinerar el cuerpo y borrar los rastros del crimen.
El primer día del juicio
En el inicio del debate, el abogado de la familia de la víctima, Hugo Tomei, se mostró “confiado en que haya justicia” y aseguró que, respecto a Agustín Chiminelli, “no hay dudas en que va a haber condena”.
Según pudo reconstruir Clarín, la jornada arrancó con los lineamientos de la fiscalía que les imputó, además de femicidio, dos hechos de abuso sexual denunciados por una de las ex pareja de Agustín Chiminelli.
También sumó a la acusación el delito de tenencia ilegal de uso de arma de fuego porque Carlos Chiminelli tenía un revolver sin declarar que descubrieron durante los allanamientos.
En cambio, la defensa oficial de los Chiminelli, contradijo la teoría del caso de la fiscalía, aunque ninguno de los tres acusados decidió declarar y dar su versión de los hechos. A su vez, el defensor adelantó que pedirá la absolución de los padres del principal imputado.
Entre los testigos que declararon en esta jornada inicial estuvieron la hija de Abbondanza -tenía 15 años al momento del femicidio-, el padre de la chica,, una hermana de la víctima y tres policías.
Este viernes continuará el debate y esta previsto que declaren las ex parejas del principal imputado.