Ocho años y medio después de haber matado a una tía y su pareja, Pablo Roberto Dlugokinski (43) fue condenado a prisión perpetua por el Tribunal Penal de Oberá, en Misiones.

El hombre se mantuvo prófugo durante dos años en Brasil, donde se manejaba con una identidad falsa y realizaba shows de música sertaneja -equivalente en ese país al country estadounidense- en localidades cercanas a Porto Alegre.

La vida en la clandestinidad finalizó en 2019, cuando su pareja lo denunció por violencia de género y reveló su verdadera identidad. Lo condenaron en el vecino país por el uso de un documento falso y en 2021 lo expulsaron tras constatarse que había ingresado por un paso ilegal.

Entonces fue entregado a las autoridades argentinas y desde ese momento se encontraba con prisión preventiva.

Para los jueces Horacio Paniagua, Jorge Villalba y Julio Carvallo, Dlugokinski fue coautor del delito de doble homicidio.

La condena, que se dio a conocer el 27 de agosto pasado, pone fin a un proceso judicial que se inició en 2017 y que se resolvió fácilmente producto de casualidades.

“Me condenaron sin pruebas, injustamente, qué le voy a hacer”, se resignó el hombre tras la sentencia, antes de subirse al vehículo del Servicio Penitenciario provincial, ante un periodista del diario El Territorio.

Según la investigación judicial, Pablo Dlugokinski, junto a su hermano Víctor (37), y su cuñado, Leandro Bublitz (44), mataron a Sandro Leiva (41) y Olivia Márquez (46) y enterraron los cuerpos.

La necesidad de hacer desaparecer evidencias comprometedoras los llevó a cargar la moto parcialmente desarmada de las víctimas en el vehículo de Víctor, para descargarla en un lugar alejado.

Una situación imprevista evitó que el plan fuera perfecto: una patrulla de Gendarmería instalada sobre la ruta Costera 2 les pidió que abrieran el baúl del Chevrolet Aveo.

Allí los agentes encontraron la moto, pero la oportuna credencial policial de Víctor y una historia medianamente convincente les permitió seguir viaje.

La moto finalmente fue descartada por los homicidas en un arroyo, donde fue hallada días después.

El testimonio de los gendarmes fue clave para orientar la investigación sobre los hermanos y su cuñado cuando los familiares de Sandro y Olivia denunciaron su desaparición.

La investigación judicial determinó que los hermanos Dlugokinski -junto a Bublitz- cometieron el doble crimen con alevosía y ensañamiento. Ambos habían sido maniatados, golpeados y finalmente ejecutados.

Sandro y Olivia trabajaban para Ildo Victorino Dlugokinski -el padre de los hermanos-, quien tenía una chacra en Puerto Rosario. El hombre murió misteriosamente en la noche del 25 de marzo de 2017 al incendiarse su casa y rápidamente los hijos concluyeron que la pareja fue la responsable del siniestro.

El 28 de marzo, al mediodía, llamaron por teléfono a Leiva y Márquez. Les pidieron que fueran a la chacra de Víctor. Cuando llegaron al lugar, fueron encañonados y maniatados. A ambos les dispararon con la pistola del policía y una escopeta.

Tras cometer el doble homicidio, los tres cargaron los cuerpos en un carro y los llevaron hasta un cerro, donde cavaron una fosa y los enterraron junto con la chala de maíz que usaron para recubrir el carruaje y así no dejar manchas de sangre. Para tapar las huellas, araron la tierra.

En la propiedad había quedado la moto de la pareja y decidieron deshacerse de ella. La cargaron en el auto del policía y salieron a la ruta sin saber que Gendarmería había instalado un control.

Según las pruebas y pericias, todo ocurrió entre el mediodía y las 16 del 28 de marzo.

En un juicio realizado en 2021, el Tribunal Penal de Oberá condenó a prisión perpetua a Víctor Dlugokinski y a Bublitz.

A fines de ese año, Pablo fue expulsado de Brasil y entregado a la Policía de Misiones en el paso fronterizo San Javier-Porto Xavier.

Ahora, el mismo tribunal -pero con otros jueces- halló culpable al último de los imputados, poniéndole fin a un expediente que acumuló cientos de fojas a lo largo de casi una década.



Fuente Clarin.com – Home – Policiales