la revelación de la mamá de una de las chicas asesinadas

La madre de Morena Verdi (20), una de las tres chicas asesinadas en el triple crimen de Florencio Varela, declaró que Lara Gutiérrez (15), otra de las víctimas, vio a una persona “que movía droga” y que una pareja de Lara le habría pedido que mantenga un encuentro donde se cree que la durmieron para robársela.

Esto surge de la declaración testimonial que realizó este martes Sabrina Mara del Castillo, madre de Morena Verdi, ante el fiscal de la causa, Adrián Arribas, en sede judicial.

La mujer afirmó que para ella el triple crimen fue un “narco femicidio”, por la modalidad con la que las tres chicas fueron atacadas, especialmente Lara, con quien los asesinos tuvieron más saña.

“Lara tenía los dedos cortados, y porque lo que pude averiguar esa es una modalidad narco por haber tocado algo que no tenía que tocar”, sostuvo Del Castillo, antes de mencionar una hipótesis que le “comentaron”.

Según los dichos de la madre de Morena, “en una oportunidad Lara se encontró con una persona (un cliente) y que en ese encuentro vio que esta persona ‘movía droga’”.

La mujer expresó que Lara “se lo habría contado a un novio o un ex novio”, quien cree que “la habría mandado nuevamente a Lara con ese mismo cliente para que lo duerma, así poder ingresar al lugar y robar la droga”.

Del Castillo declaró no saber cuánta droga fue que pudo haber sustraído, pero que “debe ser de una importante cantidad”, por la violencia hacia las tres víctimas.

El “Loco David”, o el “El Tarta” por su tartamudez, es una persona que, por testimonios brindados en los últimos días en la causa, los investigadores lo colocan en la escena del triple crimen.

Fue la esposa del remisero Víctor Lázaro Sotacuro (41), uno de los nueve detenidos en la causa, quien lo mencionó en su declaración. Dijo que su marido lo fue a buscar para hacer un viaje.

“Se llama David, pero no tengo la menor idea del apellido. Es gordito, pelo cortito, morochito, de aproximadamente 30 años, nacionalidad peruano”, precisó

“Vive en la villa, creo que en la manzana 29. Conozco su casa, entrás por un pasillo chiquito que entra a un callejón donde hay otro tope y luego está su casa, creo que la puerta es negra. Al lado vive una amiga y por eso lo vi entrar al señor muchas veces ahí”, dijo Mujica, quien además hizo un mapa del lugar.

Según declaró Sabrina del Castillo, “El Loco David” estuvo en una fiesta a la que se cree que también asistieron Lara, Morena y Brenda, el mismo viernes que desaparecieron, y sería la persona “que maneja la droga en el Barrio de las Antenas, y que tiene conexión con el tráfico de drogas que se mueve en Villa Palito de San Justo”.

En la misma declaración, Del Castillo solicitó custodia policial para su familia y la de Brenda ya que sufrieron varias amenazas desde que se enteraron del homicidio de las primas.

También reconoció que las tres chicas ejercían la prostitución en el barrio de Flores y que Agostina, la hermana mayor de Lara, “era la persona que entregaba a las chicas para trabajar. Era como la regenteadora”, sostuvo.

Y agregó que desconoce si Agostina se prostituye, pero afirmó que tiene conocimiento de que “hace presencia en los boliches”.

Lo último que supieron las familias de Lara, Brenda y Morena es que el viernes 19 asistirían a una fiesta donde les pagarían 300 dólares a cada una. Luego se supo que las pasaron a buscar en una camioneta Chevrolet Tracker blanca por La Matanza y que las llevaron hasta Florencio Varela.

El miércoles 24 los cuerpos de las tres chicas fueron hallados dentro de un pozo hecho en el patio de la vivienda. Las autopsias indicaron que las tres fueron torturadas, golpeadas y asesinadas.

Ese mismo día los primeros en ser detenidos fueron Maximiliano Andrés Parra (18) e Iara Daniela Ibarra (19). Estaban lavando manchas de sangre dentro de la casa de Río Jáchal y Chañar, en el barrio de Villa Vatteone, donde finalmente encontraron los cuerpos de las tres jóvenes, enterrados en una fosa en el fondo de la propiedad.

Después arrestaron a Celeste Magalí González Guerrero (28) y su pareja, el peruano Miguel Ángel Villanueva Silva (25). La mujer había alquilado la propiedad para una supuesta “fiesta”.

Dos días después cayó el quinto implicado: el “remisero”, Víctor Sotacuro, quien fuera detenido en la ciudad de Villazón, en Bolivia, en la frontera con La Quiaca, Jujuy. La captura se produjo en un hostal a unos 600 metros del paso fronterizo.

Pocas horas después detuvieron a su sobrina, Florencia Ibáñez (31) luego de dar una entrevista en un canal de TV. Tanto Sotacuro como su sobrina fueron de los pocos que realizaron declaraciones. La gran mayoría de negó a declarar.

Luego le tocó el turno a Ariel Giménez (29), gracias al testimonio de un chofer de aplicación que declaró haber trasladado, desde la vivienda donde mataron a las chicas hasta la casa allanada, a un hombre que llevaba una pala y un parlante.

Este joven no estaba en la casa allanada el viernes 26 donde la Policía llegó buscando a Tony Janzen Valverde Victoriano, más conocido como “Pequeño J”. Pero sí encontraron un parlante y, en una casa vecina, un pico y una pala que -se presume- habría sido usado para hacer el pozo donde fueron enterradas Brenda, Morena y Lara.

Finalmente, el martes 30 de septiembre atraparon en Perú a “Pequeño J” y a Matías Agustín Ozorio (28), señalado como su mano derecha.