Una adolescente de la ciudad de Corrientes logró que la Justicia la autorizara a suprimir del documento el apellido de su padre, condenado por femicidio. Ya durante el proceso penal la menor había manifestado su decisión de adoptar el apellido de su madre, víctima de violencia de género, y ahora un juez accedió a ese cambio.

El fallo del juez Edgardo Frutos, titular del Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia 5 de Corrientes, se conoció en las últimas horas pero fue dictado a principios de este mes. En su resolución, Frutos reconoció el derecho a la identidad de una víctima indirecta de violencia de género y sostuvo que el apellido no es solo una forma de identificación jurídica, sino también un componente íntimamente ligado al sentido de pertenencia, la dignidad y la reparación.

La abogada Mariana Mendiburu del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Corrientes fue la patrocinante de la adolescente en todo el proceso. “Ella tenía once años cuando ocurrió el femicidio y desde entonces manifestó su decisión de suprimir el apellido de su papá”, contó Mendiburu.

La adolescente, que quedó al cuidado de su tía materna, sostenía que le causaba daño llevar el apellido de la persona que había terminado con la vida de su madre y había sido muy violento con ella.

“Logramos probar la vulneración psicológica, que esta nena no se sentía identificada con el apellido que portaba”, agregó la abogada. Fue el propio juez Frutos quien convocó a la menor para conocer las razones por las que había iniciado el trámite de supresión del apellido paterno para reemplazarlo por el de su mamá fallecida.

Desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Corrientes destacaron que el fallo del juez se enmarca en los principios del interés superior del niño y valoró la madurez de la menor para decidir sobre su identidad, destacando la importancia de proteger su bienestar psicológico y subjetivo.

Mendiburu sostuvo que todo el proceso llevó cerca de un año: “Cuando buscamos antecedentes nos encontramos con algunos pedidos de cambio de apellidos pero de hijos de personas que habían cometido otro tipo de delitos, no un femicidio como en este caso”.

“Su tía nos contó que la nena recibió con mucha alegría el fallo judicial porque lo venía esperando con ansiedad”, aseguró Mendiburu.

El femicidio que dio lugar al planteo de la adolescente ocurrió el 25 de enero de 2023 y tuvo como protagonista a César Daniel Acevedo (43), quien atravesaba un proceso de separación con su esposa, Alba Ricotti, una técnica de laboratorio muy querida en el Hospital Pediátrico “Juan Pablo II”.

Ese día, delante de su hija, Acevedo roció con alcohol a Alba y le prendió fuego. El hecho ocurrió en la vivienda que compartían en el barrio Serantes de la ciudad de Corrientes. Tres días después la mujer murió a causa de las graves heridas.

El testimonio de la nena en Cámara Gesell fue clave para que Acevedo fuera condenado a prisión perpetua por el Tribunal Penal N° 2 de Corrientes.

La menor contó que su madre estaba conversando con Acevedo y la buscó para comunicarle que la relación había terminado.

Fue esta situación la que generó la reacción violenta del acusado, que arrastró a Alba hasta el patio, donde la roció con alcohol y prendió fuego. La nena dijo que estaba dentro de la casa cuando escuchó el ruido del líquido, abrió la puerta y vio a su madre envuelta en llamas.

Ricotti ya le había comentado a familiares y a sus amigas del hospital todas las agresiones que sufría y que había sufrido esa última semana por parte de Acevedo.



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