“Era mi vida o la de él”, dijo, entre sollozos, Luciana Teresita Bustos (34), la científica del Conicet acusada del asesinato de su amigo íntimo, Marcelo José Amarfil, durante un juego sexual dentro de un auto en San Juan.
La mujer declaró este viernes en el juicio que se le sigue desde el 8 de abril pasado. El hecho ventilado en el debate ocurrió la noche del 16 de enero de 2024. Comieron algo en un bar y cuando salieron se fueron en el auto del hombre hasta las cercanías del aeropuerto Domingo Faustino Sarmiento, en la ciudad de San Juan. Estacionaron en una zona con poco tránsito y dentro del vehículo comenzaron un aparente juego sexual que terminó con Amarfil atado al volante y degollado.
Este viernes fueron los alegatos y la acusada decidió declarar por primer vez ante el tribunal que la juzga. En su defensa, Bustos dijo que fue víctima de abuso sexual por parte de Amarfil, que se sintió aterrada y se defendió con un cuchillo.
Sobre los elementos de un presunto juego sexual -antifaz, esposas, pastillas de viagra y alcohol- que había en el auto, la acusada dijo que fue su “amigo” (por Amarfil) quien “llevó eso y que lo primero que hizo fue atarla a ella con las esposas”.
Para el fiscal de juicio, Francisco Pizarro, la científica juzgada montó el escenario y planificó el crimen. Por ello, insistió con una acusación por “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar alevosía”, delito que prevé la prisión perpetua.
Según Pizarro, está acreditado que “ella llevó a un juego sexual al señor Amarfil, le puso un antifaz, unas esposas y después lo ejecutó con un cuchillo que ella llevaba y había hecho afilar el día anterior”.
Sin embargo, la abogada defensora Fabiana Salinas argumentó que se trató de un ataque sexual y que el hombre se dio el cuchillazo mortal dentro del vehículo. “Sostenemos la inocencia de Luciana Bustos, quien fue víctima de abuso sexual y lleva un año y cuatro meses detenida”, indicó,
“Ella fue abusada por la persona que considerada su amigo y hermano, Que estaba en un estado de depresión por la muerte de su madre y se autolesiona, en el vehículo”, señaló la abogada.
La otra discusión que se planteó entre la fiscalía y la defensa fue la posición de la pareja dentro del vehículo. “Está confirmado el juego sexual en el vehículo y que tuvieron relaciones sexuales porque hubo intercambio de fluidos”, detalló Pizarro.
En tanto, la defensora sostuvo que la puñalada, provocada de “derecha a izquierda, es imposible que se lo haya propinado la mujer que estaba en el asiento del acompañante”.
Mientras que la perito María Vázquez mostró evidencias de un ataque a Amarfil y no de que él se haya auto provocado esa lesión mortal en la vena carótida, como declaró en primera instancia la científica, cuando llegó la Policía.
Luciana Bustos es licenciada en Historia y tiene un cargo como investigadora del Conicet, en la sede la Universidad de San Juan.
Con Amarfil eran amigos desde hacía seis años. Se conocieron en un gimnasio, de ahí nació una relación de confianza. Ella le prestaba el auto en forma habitual.
En su declaración en el juicio, la científica dijo que Amarfil era “homofóbico” y no aceptaba que ella era lesbiana y tenía pareja estable con una mujer desde hacía cuatro años.
Bustos mencionó el cariño que le tenía a Amarfil, dijo que mantenían una amistad con complicidad, mismo gustos musicales y códigos propios. “Éramos un bloque”, aseguró.
“Lo siento profundamente, tanto por lo que está pasando mi familia como la suya. Me duele por Marcelo, porque le tenía un profundo cariño,”, dijo la científica en la audiencia.
En cambio, Graciela Amarfil, hermana de Marcelo, asegura que tenían una relación sentimental y eran novios. “Ella venía todas las noches a casa y tomaba mate con mi hermano”, contó. Y admitió que Luciana fue muy importante en el apoyo que recibió su hermano durante la enfermedad y posterior muerte de su madre.
El juicio pasó a un cuarto intermedio hasta el lunes próximo, cuando los jueces Guillermo Adárvez, Gerardo Fernández Caussi y Matías Parrón darán conocer su sentencia y si fallan en favor de un homicidio calificado o una legítima defensa.