Prisión preventiva por 120 días es lo que recibió este jueves el uruguayo Pablo Rodríguez Laurta (39) por parte de la Justicia de Entre Ríos, por el “homicidio criminis causa” del remisero Martín Sebastián Palacio (49), a quien asesinó y descuartizó en la noche del martes 7 de octubre en esa provincia.
El sospechoso fue imputado por los fiscales Daniela Montangie y Tomás Tscherning, según confirmaron a Clarín fuentes de la investigación.
Al ser trasladado, ante reporteros gráficos y periodistas, lanzó un insólito grito: “Yo liberé a mi hijo de una red de trata“. Al igual que ayer, manera enigmática, sugirió: “Investiguen“.
Rodríguez Laurta sostenía que su hijo, que cumplió seis años este lunes, había sido secuestrado por su ex pareja, Luna Giardina (26), y su ex suegra, Mariel Zamudio (54), a quienes él asesinó a balazos el sábado pasado, alrededor de las 11, en su casa de la ciudad de Córdoba.
El domingo lo detuvieron en un hotel de Gualeguaychú, adonde estaba con el chico. A las 15.30 lo pasaría a buscar un taxi para llevarlo a Puerto Yeruá. Allí había dejado escondido un kayak en el monte, para cruzar los casi mil metros que separan ambas orillas del Río Uruguay con la ciudad de Salto, una ruta que había utilizado para ingresar -de manera ilegal- el sábado 4 de octubre.
En las próximas horas lo trasladarán a la provincia de Córdoba, en medio de un importante operativo de seguridad, donde también será imputado, pero por el doble femicidio.
El defensor oficial, José Luis Legarreta, advirtió que las expresiones públicas de su cliente (este miércoles gritó “Hay que venerarlo, es un mártir, en supuesta alusión a Palacio) “no tienen constancia en el proceso penal que afronta”.
Además, planteó que está evaluando la posibilidad de solicitar pericias psicológicas y psiquiátricas, “en atención a determinadas manifestaciones que pueden ser parte de un proceso psicotizante“. ¿Buscarán hacerlo pasar por inimputable?
Según pudo consultar a Clarín a fuentes de la investigación, la conducta de Rodríguez Laurta, tanto antes como después de los homicidios, no es propia de alguien inimputable.
“Estamos frente a una verdadera mente criminal metódica que manejó todas las variables y no se manejó por un mero impulso”, sostuvo el ministro de Seguridad de Entre Ríos, Néstor Roncaglia.
