En un diciembre febril que todavía no terminó, la Corte Suprema de Justicia resolvió este miércoles cómo seguirá funcionando cuando dentro del diez días, el 29 de diciembre, el ministro Juan Carlos Maqueda se jubile y el tribunal sólo quede integrado por tres de los cinco miembros que debe tener. La Acordada, que responde al fracaso del gobierno para aprobar los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla en el Senado, es un escrito técnico pero con alto contenido político: admite un mecanismo de veloz sorteo de conjueces cuando no los tres votos no coincidan para llegar a una sentencia.

Con el objetivo manifiesto de que “el procedimiento aprobado impide que los expedientes se paralicen ante la falta de mayorías”, la Corte envía un mensaje al presidente Milei, quien aún cavila si designar a sus candidatos por medio de un decreto durante el receso legislativo, bajo el argumento de evitar que el funcionamiento del máximo tribunal quede detenido.

Pero la carta también llegará al buzón de Cristina Kirchner, entregada a suceder maniobras procesales -todas agotadas justamente con las resoluciones que la Corte vino tomando en los últimos días- y políticas, para retrasar y procastinar los engranajes del tribunal que terminará decidiendo sobre su libertad y sus bienes, cuestionados en varios y graves expedientes judiciales por corrupción y por el encubrimiento del atentado terrorista a la AMIA.

Para empezar, en el primer semestre del 2025 llegará al cuarto piso del palacio de Tribunales el recurso extraordinario contra la sentencia definitiva -no firme- del caso Vialidad, en el que la expresidenta y actual titular del PJ fue condenada por unanimidad como autora de una multimillonaria defraudación al Estado, en una sentencia confirmada por la Casación Federal también por unanimidad.

Los ministros Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti reglamentaron un mecanismo rápido para el sorteo de conjueces en las ocasiones en que sus tres votos no sean coincidentes y sean necesarios uno o dos más para alcanzar la mayoría de tres (recordemos que el total siempre es cinco, el número legal de integrantes de la Corte).

“Se garantiza la seguridad jurídica al establecer que un mismo conjuez resuelva siempre los casos análogos. De lo contrario, se atomizaría la jurisprudencia, las sentencias de la Corte variarían cada vez que se sorteare un nuevo conjuez”, advierten desde el máximo tribunal. Y avisan al Senado y al Poder Ejecutivo que “están vencidas las listas de conjueces para los casos en que no puedan integrar la Corte los presidentes de las cámaras federales.”



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