Era 24 de diciembre y se acercaba la medianoche. Joaquín Enzo Ruffo, de 8 años, esperaba la llegada de Papá Noel, como otros millones de nenes en la Argentina y en el mundo. Estaba en la casa con sus padres y sus abuelos, con la ilusión de recibir los regalos que había pedido en una carta.

Además de un joystick y del juego de fútbol FIFA 2025 para la Playstation le había hecho un pedido especial a su padre: que, por favor, no lo asuste cuando el reloj marcara las doce y sonara el timbre anunciando la llegada de ese hombre anciano de barba blanca y vestido de rojo y blanco, como la camiseta de su equipo favorito, River Plate.

La costumbre familiar hizo que exactamente a la medianoche el timbre de la casa sonara, pero el deseo de Joaquín no se cumplió. Su padre, Alejandro Ruffo (52) lo asustó y el niño se largó a llorar. En busca de consuelo, el nene corrió a los brazos de su mamá, Natalia Ciak (41).

Allí comenzó una nueva discusión en el seno del matrimonio. Sin saberlo, esa fue la última Navidad de Joaquín. Su padre lo mató el pasado 5 de agosto en su casa de Lomas de Zamora. Natalia se lamenta porque no advirtió que eso podría suceder. Hoy pide Justicia por Joaquín, su único hijo.

La última foto que le sacó Natalia Ciak (41) a su hijo Joaquín Ruffo (8), antes de que fuera asesinado por su papá.

La causa recayó en el juez Gabriel Vitale, a cargo del Juzgado de Garantías N° 8 de Lomas de Zamora, quien convalidó el pedido de prisión preventiva realizado por al fiscal Fabiola Juanatey, de la Fiscalía Especializada en Violencia de Género del distrito.

En su dictamen, la fiscal pidió que Ruffo continúe detenido al ser considerado autor del delito de homicidio agravado por el vínculo, alevosía y con el fin de causar sufrimiento a su cónyuge, también conocido como “femicidio vinculado”.

“Surge que Ruffo no tenía un buen vínculo con su hijo, al que vería ‘como un obstáculo’ entre él y su esposa”, aseguró el juez Vitale en su fallo de 65 páginas, al que tuvo acceso Clarín y en el que convalidó la detención efectiva del hombre, quien intentó suicidarse luego de matar a su propio hijo.

Los argumentos de la Justicia

En el marco de la investigación llevada adelante por al fiscal Juanatey declararon familiares de Joaquín como su madre, abuelo y tías; vecinas de la familia; compañeras de trabajo de Ciak; policías y psicólogos.

Todos los testimonios expuestos en sede judicial demostraron “los padecimientos de aquella (Ciak) producto de los maltratos, denigraciones, insultos y celos obsesivos que Ruffo manifestaba”, indicó el magistrado.

“Dichas circunstancias dan cuenta del desprecio, remordimiento y enojo que el imputado Ruffo poseía para con la Sra. Ciak, abonando por tanto la hipótesis sostenida en relación a que la muerte de Enzo Joaquín tenía por fin hacerle un mal a la nombrada. Todo lo expuesto permite tener por acreditada la configuración del femicidio vincular en el caso bajo examen”, sostuvo el juez en su fallo.

El trato del papá a su hijo

“Él siempre decía que sus problemas para dormir habían comenzado el día que Joaquín había nacido”, declaró la hermana de Natalia, quien lo describió como “muy machista”.

La mujer afirmó que Ruffo siempre le ponía apodos a su pequeño hijo: “Le decía ‘cabezón o boludo’, y si se caía algo le decía ‘boludo’”, relató.

“Mi sobrino amaba el fútbol y en el último tiempo desde la tribuna donde estaban, si mi sobrino no pateaba bien le gritaba como criticándolo y si metía un gol le decía que lo podía haber hecho mejor. Tenía cosas despectivas para con él. Cuando mi sobrino le pedía de jugar en las generalidades le decía ´estoy cansado; jugá vos, pedile a mamá”.

No solo la tía del niño relató cómo era la relación del menor con su padre, sino también su mamá y su abuelo. Natalia sostuvo que en el último tiempo todo le molestaba a Ruffo. “Se había anotado en el gimnasio y si cuando volvía había algún amiguito de Joaqui en casa, le molestaba y se iba”, señaló.

La mujer también describió una situación que se produjo en las últimas vacaciones que pasaron juntos y que la dejó marcada: “El primer día en la pileta Joaqui le pedía que por favor vaya con él. Joaquín lo llamaba y Alejandro le dijo ‘andá pesadilla, buscate un amigo’, Joaquín salió de la pileta llorando, me abrazó y le dije a Alejandro ‘en serio vas a cagar de nuevo estos días, le acabas de decir pesadilla a tu hijo’, y Alejandro me dijo ‘no me di cuenta’”.

"Vos sos divertida", le decía Joaquín a su mamá.
“Vos sos divertida”, le decía Joaquín a su mamá.

Pero el testimonio más fuerte lo aportó el abuelo materno de Joaquín, quien recordó una Navidad en la que su nieto la pasó más, al igual que el último 24 de diciembre. En aquella ocasión, Ruffo le tiró un petardo entre las piernas a su hijo, quien comenzó a llorar desesperado. “Alejandro estaba muerto de risa, para él fue una gracia”, sostuvo.

“Siempre en mi casa hubo por parte de él muy poca atención para con Joaquín, nosotros tenemos una piletita plástica, Joaquín lo llamaba a su papá para que vaya a jugar con él y nunca iba. El que siempre se ocupó de Joaquín en mi casa fui yo, porque era mi amigo, mi compañero, era mi único nieto, siempre me llamaba para jugar”, recordó su abuelo.

Los padecimientos de Joaquín y su mamá

Hace aproximadamente dos años, el matrimonio de Ruffo y Ciak cambió. El hombre comenzó a tratar con violencia verbal y psicológica a su mujer. Estas situaciones eran, en su mayoría, frente a Joaquín. “Él se afligía mucho”, dijo Natalia a Clarín.

En el último tiempo la mujer había logrado que su marido accediera a una terapia de pareja. La primera sesión terminó a los gritos. Natalia ya le había dado el ultimátum de separarse. Esas palabras causaban que Ruffo le pidiera disculpas por sus comportamientos y le prometiera que no lo iba a volver hacer.

Las discusiones continuaron hasta la noche anterior al crimen. Joaquín le pidió a su mamá que durmieran juntos y que al otro día no fuera a trabajar. Madre e hijo conversaron un buen rato. “Yo estoy orgullosa de vos”, le dijo a Joaquín. El nene pensaba que él tenía la culpa de todas las discusiones entre Natalia y su esposo. Finalmente se durmieron.

A la mañana siguiente, Natalia se levantó, se preparó para ir a trabajar y, antes de salir, entró a la habitación de su hijo. “Me acuerdo de esa mañana que estaba dormido, calentito, y le di un beso”, rememoró la mujer.

Joaquín fue asfixiado en su casa de Lomas de Zamora.Joaquín fue asfixiado en su casa de Lomas de Zamora.

Su esposo la llevó con el auto hasta tomar la combi para ir a su trabajo. Antes de eso le preparó un café y le dijo: “Siempre que estés acá, nunca va a faltar la cortesía.” Natalia se subió al tren y llegó a su trabajo.

Como era de costumbre le envió un mensaje a su hijo al celular de Ruffo. Al no tener respuesta, comenzó a impacientarse.

“Alrededor de las 8.30 me responde la llamada, le digo ‘porqué no lo llevaste, me acaban de avisar que Joaquín no está en el colegio’. Y me dijo ‘no, hoy no va al colegio, está durmiendo, quedate tranquila’,; y me dice ‘no, hoy no voy a trabajar se queda acá conmigo’. Le digo que lo tenía que llevar al colegio, que lo despierte y lo lleve, que no tenía que faltar, que sabía que tenía los exámenes y me dijo ‘con él yo hago lo que quiero’”, declaró la mujer.

A los pocos minutos Natalia observó algo que la alertó e hizo que saliera de urgencia para su casa. Su marido le había enviado varios mensajes insultándola y en su estado de WhatsApp la trató de “traicionera, mentirosa y zorra”.

“Con esa carita de yo no fui, sos traicionera, ocultadora, mentirosa y llevaste durante muchos meses una doble vida fingiendo en todo momento que no hacías nada (…) ante los ojos de Joaqui y míos (…) fuiste, sos y serás una zorra con carita de oveja”, decía el estado.

La mujer salió para su casa, pero antes llamó a la Policía para pedirle que fuera al lugar. Se imaginó que su esposo se había llevado a su hijo. Cuando llegó a la vivienda de la calle Díaz Vélez al 100 encontró lo que jamás imaginó vivir.

"Busco su sonrisa más que nunca", cuenta la madre de la víctima.“Busco su sonrisa más que nunca”, cuenta la madre de la víctima.

“Abrí la puerta y ahí me encontré con lo que no me quería encontrar, en realidad, me encontré con lo que nunca pensé que me iba a encontrar. No me acuerdo nada, mi única desesperación era encontrar a Joaquín. Alejandro me miró a los ojos, entré a la cocina, vi manchado de sangre y lo único que me acuerdo era gritar ‘¡Joaquín!’. Yo pensé que, por lo menos, lo había dejado encerrado en una habitación en un baño. Creo que subí la escalera corriendo, lo encontré en la cama, yo le saqué la almohada de la cabeza y ya no era más Joaquín. Ya después bajé a los gritos diciendo ‘¡lo mató!, ¡lo mató!’”, expresó, de manera desgarradora, Natalia.

Junto a Ruffo había tres cuchillas de más de 20 centímetros de largo. El hombre intentó clavarse en varias partes del cuerpo. Él ya se lo había adelantado a la mujer en una de sus peleas: “Viste, abajo está lleno de cuchillos, yo ya sé dónde clavármelo, abajo del corazón.”

El hombre fue trasladado al Hospital Gandulfo, donde fue operado y le salvaron la vida. Luego lo derivaron a la Unidad Penal N° 34 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), en Melchor Romero.

La carta que escribió la mamá de Joaquín. La carta que escribió la mamá de Joaquín.

En sus pocas declaraciones ante psicólogos y psiquiatras que lo atendieron, el acusado dijo que mató a su hijo para darle un mensaje a su esposa. Todos los exámenes indicaron que comprendió la criminalidad de sus actos y que no sufrió ningún brote psicótico al momento de cometer el hecho.

La palabra de Natalia

Natalia está entera y fuerte para seguir pidiendo Justicia por su hijo. Acompañada de sus padres y hermana, la mujer le escribe a su hijo. “No te olvido, acordate soy tu voz, somos siempre los dos”, le había dicho en una carta.

Son días muy oscuros. Se me vienen todos los ‘No’, como los no cumpleaños, no más partidos de fútbol los sábados, no más juntadas de amigos ni pijamadas, no más vocaciones en el mar qué tanto le gustaba e iba con su tabla feliz a surfear y barrenar. Tampoco no más actos escolares, no más boletines, y lo que más duele: me dio el mejor título del mundo, ´Mamá´, pero ya nadie me va a llamar así ni en las noches ni los buenos días”, dijo Natalia a este diario.

“Pienso en un rediseño de la vida. A veces quiero dejarme estar y me digo Joaqui no querría yo sea esa miseria. ‘Vos sos divertida mamá’, me decía. Me quedan frases de él resonando. Busco su sonrisa más que nunca porque lo que vi tengo que algún día taparlo, lograr que se esfume y me queden solo sus cachetes sonrientes”, finalizó.



Fuente Clarin.com – Home – Policiales