Un bombero que participó de los rastrillajes en la chanchería de Emerenciano Sena, en Chaco, dio detalles de cómo trabajaron en el lecho del río Tragadero, donde se halló un dije en forma de cruz de Cecilia Strzyzowski (28) y restos óseos calcinados, entre ellos dos huesos planos que no dudó en señalar como partes de un cráneo humano. El hallazgo se produjo en la zona donde César Sena descartó los restos de una enorme fogata, de acuerdo con la confesión que realizó Gustavo Obregón 18 días después de la desaparición de la joven chaqueña.

Augusto Esquivel, un experimentado bombero, salió airoso de los embates de los abogados defensores y fue uno de los sólidos testimonios que el jurado popular escuchó este jueves, durante la quinta jornada de declaración de testigos.

Esquivel contó que le llamó la atención la existencia de restos de una fogata a orillas del rio Tragadero, muy cerca de la chanchería de los Sena, en la zona conocida como Campo Rossi. “Me di cuenta que no era de pescadores porque no había leña. La descubrí cuando buscaba un lugar para bajar el bote que íbamos a usar en el rastrillaje en el agua”, contó.

“Cuando me acerqué, vi que había restos de plástico quemado y pequeños fragmentos que me parecieron huesos. Incluso había dos que, por mis conocimientos de enfermería y por haber participado en exhumaciones correspondía a un cráneo. Las ‘costuras’ de esos huesos son muy particulares”, graficó.

Esquivel contó que primero se trabajó desde arriba de un kayak para no enterrar en el lecho del río posibles evidencias “pero después hubo un monumental trabajo que consistió en cerrar un tramo y drenar el agua para buscar más restos óseos”.

César Sena, uno de los imputados, en una nueva jornada del juicio. Foto: Pablo Caprarulo

El testigo dijo que ese día Obregón les contó dónde César Sena arrojó los restos que había recogido de una quemazón que estaba en otro sector del campo, en el que se cree fue desintegrado el cuerpo de Cecilia por efecto del fuego.

Según el relato de Obregón, en bolsas de consorcio que habían adquirido con César en un supermercado de Resistencia, cargaron con una pala lo que quedó de la fogata y se dirigieron hacia el río, donde el menor de los Sena se encargó de tirarlos al agua y remover todo con un palo para que la evidencia se dispersara en el lodoso fondo. Y la fogata habría tenido como finalidad destruir las bolsas que utilizaron para el traslado de las cenizas y huesos.

Una vez drenada el agua, los bomberos comenzaron a revisar el barro que quedó en el fondo y así fue como Esquivel se topó con el dije metálico en forma de cruz que Cecilia supo lucir sobre su pecho.

Esquivel también apuntó contra el cuidador del campo, Gustavo Melgarejo al sostener que era imposible que no haya visto la fogata más grande que se realizó en la chanchería: “De día se ve la columna de humo, y de noche el resplandor de las llamas.”

Por su parte, Melgarejo buscó desligarse de la quema del cuerpo con una coartada: el 2 de junio fue a la casa de un vecino, donde compartió algunas bebidas y volvió a media noche. César Sena y Obregón, en tanto, salieron de la casa de los Sena, en la calle Santa María de Oro, cerca de las 19.30, con destino a Campo Rossi –según el detalle del impacto de las antenas de telefonía celular e imágenes de cámaras de seguridad. Su retorno a la casa paterna se produjo a las 22.41.

Más testimonios

Sergio Moro ya no trabaja más en el equipo de peritos del Poder Judicial, pero al momento del hecho estaba al frente del área de Química Legal y le tocó analizar posibles muestras de sangre halladas en la casa de los Sena. El profesional detalló que se hallaron restos de sangre humana en un colchón de una plaza y media y en la parrilla de una cama que los Sena hicieron sacar de la vivienda cuatro días después del crimen de Cecilia.

“El patrón de manchas nos indica que fue por contacto de un cuerpo, no son salpicaduras”, explicó el testigo sobre el peritaje realizado mediante la aplicación de Luminol en una de las habitaciones de la planta baja de la casa de los Sena y detalló: “Dieron positivo para sangre humana cuatro muestras sobre catorce”.

El perito también cotejó armas blancas y una sierra carnicera que estaban en la casa, pero no se hallaron rastros de sangre humana.

Otro tramo relevante se vivió cuando Moro contó sobre el trabajo que realizó sobre un “elemento” quemado que fue secuestrado en una bolsa de basura de la casa de los Sena. Indicó que “no tenía sangre porque estuvo bajo fuego intenso” y que por su composición “se selló en la parte externa, dejando partes internas sin combustión”.

Un cuidadoso análisis reveló que era una billetera que contenía una tarjeta SUBE, una tarjeta de débito y otra de Lemon, además de otros elementos parcialmente carbonizados, pero que permitían establecer que pertenecían a la joven chaqueña.

Emerenciano Sena, como es habitual en este debate, se cubre al rostro ante las cámaras. Foto: Pablo CapraruloEmerenciano Sena, como es habitual en este debate, se cubre al rostro ante las cámaras. Foto: Pablo Caprarulo

A Mónica Ferreira, una licenciada en Criminalística, le tocó analizar los restos de una valija que el 18 de junio de 2023 apareció quemada en un baldío del barrio Emerenciano. “Encontramos cables, el fuelle de la valija, bijouterie, una cadenita, restos de ropa, vidrio templado, los restos de un celular, botones…” enumeró. Esa valija sería la que Cecilia armó para el viaje a Ushuaia, ardid con el que había sido engañada por César y su familia.

Por su parte, el perito policial José Antonio Fernández realizó una serie de cotejos que permitieron establecer que el dije y un anillo tipo cintillo hallados quemados eran los mismos que usaba Cecilia. La comparación se realizó en base a foto tomadas de sus redes sociales. “El dije se deformó por efecto del fuego, pero hallamos doce puntos de coincidencia”, aseguró.

Respecto del anillo, dijo que no fue tan afectado por el fuego y que el engarce de la piedra era coincidente.

Momento tenso

Un momento de tensión se vivió en la audiencia de este jueves cuando algunos defensores pidieron que los testigos que ya declararon evitaran hablar con los periodistas “para no contaminar” a los que aún no lo hicieron.

Ante esta situación, la jueza Dolly Fernández dijo que sólo podía hacer una recomendación a los testigos y arremetió contra la abogada de César Sena, Gabriela Tomljenovic, a quien responsabilizó de realizar “declaraciones desacertadas” ante los periodistas que cubren el juicio oral.

César Sena es juzgado como autor material del crimen; mientras que a sus padres los acusan de una participación primaria. Gustavo Obregón y Fabiana González, lugartenientes de los Sena están procesados por encubrimiento, al igual que Gustavo Melgarejo y Griselda Reinoso.

Resistencia – Enviado especial



Fuente Clarin.com – Home – Policiales