Cristian Sebastián Dening (30) quiso emular a Leonardo Cositorto y terminó de la misma forma que el ex CEO de Generación Zoe: tras las rejas. El Tribunal de Juicio de Goya lo condenó a cinco años de prisión por haberse quedado con unos 100.000 dólares de pequeños ahorristas a los que había prometido duplicarles la inversión en un plazo no mayor a 90 días.

El fallo fue dictado por el juez Ricardo Carbajal, el mismo que tuvo la responsabilidad de presidir el Tribunal que sentenció a 12 años de prisión a Cositorto en febrero pasado. El magistrado decidió absolver de la imputación de estafas en la modalidad de delito continuado a la madre de Dening, Gabriela Elizabeth Wihte (50).

Al momento de explicar su fallo ante los imputados, Carbajal explicó que, debido a la cantidad de hechos cometidos por Dening y la modalidad del engaño, la pena debía ubicarse en el tercio superior previsto por el Código Penal. Y que no se le aplicaba el máximo porque el joven no tiene antecedentes penales.

“El impacto social de este tipo de delitos no solo afecta al patrimonio de las víctimas, sino también a su entorno familiar. En el caso, la afectación alcanzó al círculo de confianza directo, incluso a amigos de toda la vida”, sostuvo Carbajal, quien dispuso la inmediata detención de Dening para que empiece a cumplir la condena.

El magistrado también explicó por qué decidió absolver a la madre del joven. Sostuvo que no se pudo probar que haya tenido dominio y participación en el hecho, más allá de recibir los fondos que le confiaban los ahorristas a su hijo.

A principios de esta década, Cristian Dening era conocido en Goya porque era el arquero del centenario Club Huracán. El joven se ganaba la vida trabajando en su tienda de ropas y colaborando con la fábrica de alpargatas de su padre.

En 2021 comenzó a promocionarse en redes sociales como “CEO y fundador de Tradeking, trader, master en comercio internacional, asesor de inversiones, educación, análisis técnico de acciones y activos”.

Para mostrar su éxito en las finanzas, se exhibía en playas de Brasil, manejado un lujoso Audi TT o su potente Honda Tornado. Además, compartió con sus seguidores la adquisición de una vivienda en Goya.

El arquero comenzó con las operaciones en la casa de su madre, quien incluso se encargaba de recibir el dinero y pagarle a los primeros inversores. Esos primeros pagos generaron nuevos interesados y Dening le ofreció a sus amigos una “comisión” del 10 por ciento por cada inversor que acercaran a las oficinas.

El joven trasladó todas las operaciones a dos oficinas que alquiló en la zona céntrica de Goya y los inversores comenzaron a multiplicarse. Para ese entonces, el Banco Central lo tenía calificado como “de alto riesgo de insolvencia”. Además, no estaba autorizado por la Comisión Nacional de Valores (CNV) para realizar asesoría financiera.

Tras apropiarse de alrededor de 100.000 dólares, Dening cerró las oficinas y desapareció de la ciudad. Primero se radicó en la ciudad de Charata, en Chaco, y luego viajó a España, donde residió desde mediados de 2022 hasta el mes pasado, cuando fue intimado a retornar para enfrentar el juicio.

El abogado Pablo Fleitas, representante de las víctimas, pidió para Dening seis años de cárcel, mientras que el fiscal Francisco Arrúe se inclinó un lustro tras las rejas, criterio que fue compartido por Carbajal.

El defensor oficial Andrés Bufill había solicitado tres años de prisión en suspenso.

La investigación judicial determinó que fueron alrededor de 100 los ahorristas despojados de su dinero por Dening, pero apenas un tercio decidió denunciarlo ante la Justicia penal. Algo similar sucedió con los estafados por Generación Zoe en Goya.



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