A.P.: Es una suerte de Juntos por el Cambio ampliado. Además del radicalismo y del PRO, está el Movimiento Viable, una fuerza provincial encabezada por Eduardo “Chabay” Ruiz. Después, hay expresiones y desprendimientos de La Libertad Avanza. En general nos acompañan sectores libertarios. Somos un espacio netamente provincial. Nos encantaría poder dar un debate ideológico, de derechas, izquierdas, de centro, de más Estado o más mercado, pero la realidad es que los problemas que tiene Santiago del Estero superan cualquier diferencia ideológica.
P.: ¿Cómo cuáles?
A.P.: Hablamos de libertad de expresión, del derecho a expresarnos sin miedo, del derecho a cuestionar al gobierno y no ser despedidos de nuestro trabajos, el derecho a acceder a servicios básicos, como el agua. Incluso el derecho a la propiedad privada. Hoy, en Santiago, no existe la Justicia ni la seguridad jurídica. Cualquier amigo del gobierno puede venir y quedarse con tu tierra. Es tan rudimentaria la discusión, que hace falta que nos unamos todos para poder ponerle freno a esto y empezar un camino diferente.
P.: La Libertad Avanza se presenta con candidato propio. ¿Intentó un acuerdo con ellos?
A.P.: Por supuesto, como con todos los sectores que están en frente de Zamora. Intentamos forjar un acuerdo con total generosidad y desprendidos de toda mezquindad, pero del otro lado no hubo ninguna intención de dialogar. Las bases de LLA reclamaban este acuerdo, pero la cúpula se negó rotundamente a cualquier tipo de diálogo.
P.: ¿Lo sorprendió la candidatura del jefe de Gabinete de Gerardo Zamora, Elías Suárez, por el oficialismo santiagueño?
A.P.: Para nada. Era una de las dos posibilidades: o la esposa de Zamora o Elías Suárez. El criterio de Zamora a la hora de definir un sucesor, como fue en 2013 con su mujer, es que sea del riñón. Tiene total desconfianza y temor al peronismo, que hace 20 años es furgón de cola del Frente Cívico. Si bien tiene actores y dirigentes de peso y con vuelo propio, el peronismo nunca pudo pasar de la vicegobernación, por el temor que tiene Zamora de que una vez en el poder le den la espalda. Como no pudieron concretar la sucesión matrimonial -vaya a saber por qué razón- eligió a Elías Suárez, que es de su círculo íntimo. Tiene muy poco nivel de conocimiento, porque siempre trabajó en las sombras, pero es parte del riñón de Zamora.
P.: ¿Que Zamora no pueda buscar la reelección le abre una ventana de oportunidad a la oposición?
A.P.: La ventana de oportunidad que tenemos tiene que ver con un régimen que está completamente desgastado, con un hastío general de la población frente a este sistema omnipresente, omnipotente, autoritario, que después de 20 años no pudo resolver ningún problema de fondo. Eso generó un hartazgo que nos abre una oportunidad. Nosotros tuvimos la madurez de unirnos y de enfrentarnos todos juntos a este sistema.
P.: ¿Se percibe ese desgaste en la sociedad?
A.P.: Absolutamente. Hay un desgaste muy grande. El nombre de nuestro frente, Despierta Santiago, tiene que ver con ese despertar que notamos de un tiempo a esta parte. La gente se anima a exteriorizar los problemas, a reclamar, a protestar mucho más que hace un par de años. Se nota en las redes sociales. Hay un hartazgo por un modelo hegemónico y autoritario, que no pudo resolver ninguno de los problemas. Después de 20 años, la gente se da cuenta de que no hay futuro con la eterna promesa del zamorismo. Es un gobierno longevo en todos los sentidos. Zamora es una persona muy conservadora; mantiene los mismos ministros desde hace prácticamente 20 años. La verdad, un funcionario que lleva 20 años en un sillón ya no tiene ni ganas ni energía para gestionar. Están aislados completamente de la realidad. Eso se traduce en que siguen con el mismo manual desde hace 20 años. Hay un transformación, un cambio de época; con las redes sociales, la gente puede ver y comparar y darse cuenta lo déficit que tenemos en la provincia. Eso se traduce en un desgaste muy fuerte.
P.: ¿Qué lectura hace de que las elecciones a gobernador sean en paralelo a las nacionales?
A.P.: Tradicionalmente las elecciones siempre fueron concurrentes. Lo que nos preocupa mucho es el hecho de que se bloquee la implementación de la boleta única a nivel provincial. Hubo una discusión en la Legislatura, en la que participé votando en contra, para adaptar el Código Electoral Provincial, de manera de bloquear la boleta única. Eso nos trae algunos problemas, fundamentalmente porque se tuvieron que desdoblar las urnas, dado que vamos a votar con la boleta tradicional partidaria y boleta única al mismo tiempo. Las mesas, en vez de ser trescientos y pico de votantes, van a ser de 180. Pasamos de 2.500 mesas a 5.000. Eso nos exige un esfuerzo importante para fiscalizar. Obviamente, el oficialismo es el que menos problemas tiene, porque tiene todo el aparato para controlar y dirigir el comicio. Nosotros vamos a tener esa desafío, además de que va a ser una elección complicada. A falta de dos meses, no hay una campaña intensa, que permita conocer a los santiagueños cómo van a votar. Nadie tiene idea de cómo se va a votar ese día, va a ser caótico. La intención de ellos es seguir apelando a las mañas de siempre: voto cadena, cuchara de urnas, la sustracción de boletas. Y por supuesto complicarnos en materia de fiscalización. Vamos a hacer todos los esfuerzos para cubrir todas las mesas.
P.: ¿Cuáles son las medidas urgentes que requiere Santiago del Estero?
A.P.: Más que medidas, tenemos un plan que apunta a cortar con el modelo de dependencia, miedo y resignación. Santiago es una provincia de más de un millón de habitantes, de los cuales solo 50 mil tienen empleo en blanco en el sector privado. El sector privado es prácticamente inexistente, lo que refuerza el dominio de este tipo de regímenes. Tenemos que apuntar a darle volumen a la actividad privada; para eso tenemos una potencialidad muy grande -que ya es una realidad- con la producción primaria. Desde principios de los 90, con el corrimiento de la frontera agropecuaria, Santiago creció muchísimo, pero está absolutamente primarizada. No tenemos agregado de valor ni industria, que es lo que aporta desarrollo y generación de empleo. Vamos a enfocarnos, con mucho ímpetu, en lo que nos falta para poder tener ese tipo de inversiones, que es infraestructura básica. Es imposible que haya fábricas, industria, si no tenemos agua, caminos, rutas, energía. Se perdió mucho tiempo y dinero en obras faraónicas, innecesarias e inútiles, en lugar de volcarlo en lo que necesitamos para producir más.
P.: ¿Alguna puntual más allá del plan macro?
A.P.: Una medida concreta para llevar adelante el 11 de diciembre en caso de ganar las elecciones es limpiar y refundar la Justicia en Santiago del Estero. El Poder Judicial es un apéndice del Ejecutivo, lo que provoca una inseguridad jurídica muy grande. Incluso si tuviéramos la infraestructura básica que necesitamos, es imposible que haya inversión cuando realmente no hay una Justicia que garantice tu propiedad, tu tierra, tu capital. Hoy, los conflictos que tenemos permanentemente en materia de propiedad de la tierra en Santiago son constantes. Los usurpadores son generalmente testaferros y amigos del poder, con toda la protección de la Justicia. Justicia e inversión en infraestructura básica: esos son dos pilares fundamentales que necesitamos para romper con este modelo.
P.: Mencionó que Despierta Santiago es una expresión provincial. ¿Hay algo en el tablero nacional que lo atraiga?
A.P.: Nosotros tenemos mucha fe y una relación muy estrecha con Maximiliano Pullaro. Más allá de Provincias Unidas, hoy el radicalismo está atravesando una situación difícil a nivel nacional. En el caso de Santa Fe, vemos que se gestiona y que se gestiona bien. Pullaro es un gobernador con mucho equilibrio, que tiene las cosas claras y que está sacando adelante Santa Fe. Esa es la apuesta que nosotros, desde el radicalismo, hacemos a futuro.
P.: ¿Se siente respaldado por el radicalismo nacional?
A.P.: Sí, lo siento. Por suerte, el radicalismo está viendo que tenemos grandes posibilidades de cambiar la historia de Santiago, y sentimos también el apoyo de los gobernadores. Insisto, sobre todo de Maxi Pullaro, que está pendiente de lo que pasa en Santiago, de nuestras necesidades y de acompañarnos en este proceso.