A partir de este martes, un jurado popular tendrá la responsabilidad de juzgar a los siete imputados por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, un caso que conmocionó Chaco y que estuvo marcado por el fuerte carácter político que tuvo la historia desde un comienzo. Los acusados eran miembros de uno de los clanes piqueteros más poderosos de la provincia.
A lo largo de los últimos dos años, los fiscales debieron reconstruir un expediente en el que no se halló un cuerpo, y en el que la imputación de los padres, los influyentes Emerenciano Sena y Marcela Acuña, fue variando.
Para los fiscales, ellos fueron partícipes del plan de su hijo, César Sena, para matar a la joven. No creen la versión que los indica como encubridores. Y es que según el Código Penal, los padres quedan eximidos de cumplir pena de prisión en caso de encubrir a sus propios hijos en un asesinato.
Entre pruebas digitales, declaraciones contradictorias y silencios, estos son los siete imputados.
César Mario Sena (21), el principal acusado
César Sena era marido de Cecilia. Se habían conocido a través de Tinder a mediados de 2021 en una relación que estuvo marcada por celos y algunas mentiras. Él le dijo que tenía 26 años, que era arquitecto y que se llamaba Alejandro. Tenía 17 y todavía iba al colegio.
Ellos arrancaron una relación tóxica, según contaron los amigos de Cecilia a Clarín. Para la Justicia, era “una relación desigual de poder y dependencia económica en la que se encontraba sometida Cecilia”.
César era el único hijo del matrimonio Sena y fue siempre sobreprotegido, una especie de “nene de mamá”. También era una familia particular, se trataba del clan piquetero más influyente de la provincia. La relación entre Cecilia y la familia no era buena, pero estaba mediada por las mentiras que frecuentemente dispensaba César.
La pareja se casó el 16 de septiembre de 2022 por civil, en una ceremonia en la que no fueron los Sena: César no les avisó, ellos se enteraron por fotos en Facebook. Cuatro días después, por influencia de la familia, se terminaron divorciando en los papeles aunque siguieron juntos.
El 2 de junio de 2023, llegó con Cecilia a la casa de sus padres. La excusa era una mudanza a Ushuaia. Una cámara de seguridad los toma ingresando a las 9:14. La chica nunca salió.
Para la fiscalía, él fue el autor material del crimen. Si bien no hay certezas sobre cómo se produjo el homicidio, sospechan que podría haber realizado una toma de ahorcamiento: César era especialista en artes marciales mixtas.
Tras el crimen, acompañó a otro de los imputados, Gustavo Obregón, a descartar el cuerpo a una chanchería propiedad de la familia Sena. Allí lo prendieron fuego el día del crimen. Días después, se acercaron a tirar esos restos al río.
En la causa está imputado por “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por haberse cometido en contexto de violencia de género en carácter de autor”. Nunca declaró ni contó qué fue lo que ocurrió ese día.
Marcela Acuña (53), la madre sobreprotectora
Cesar Sena y Marcela AcuñaPara Marcela, César es “el significado y el significante de su vida”, según contó en el libro que escribió contando la historia de su marido, Emerenciano Sena, y el movimiento piquetero que ambos construyeron.
Recibida de abogada, heredó la profesión de su padre, Saúl Acuña, un nombre conocido dentro del ambiente politico de la provincia por su rol durante la dictadura militar. Marcela creció en un ambiente signado por la militancia. Se enamoró de manera clandestina con Emerenciano, quien empezaba a hacer los primeros piquetes en la provincia.
La pareja acumuló poder durante la época de Jorge Capitanich en el gobierno. El ex gobernador incluso fue padrino de bodas de ambos. Acuña aportó la ideología. Cuando nació César, fue la bendición de ambos.
Para los fiscales, Marcela y Emerenciano crearon un ambiente propicio para que se cometa el crimen al liberarle a su hijo la casa la mañana del 2 de junio. El matrimonio volvió ese día al mediodía.
Según declaró Acuña ante los fiscales, ella se enteró del crimen luego de cometido. A la hora de la siesta lo vio mal a su hijo, pero él se fue a participar de una actividad.
Cuando quedó sola en la casa, dice que vio “un bulto, similar a un cuerpo“ en uno de los cuartos. Se fue con Emerenciano sin decirle nada, pero llamó a Obregón y a Fabiana González para que fueran.
En días posteriores, cuando se empezaba a buscar a Cecilia, denunció que todo se trataba de una campaña en contra de ellos por las cercanías con las elecciones PASO, donde iban a ser candidatos en una colectora del oficialismo.
También coordinó para hacer desaparecer muebles manchados con sangre de Cecilia. En otra declaración posterior ante los fiscales negó lo antes dicho y empezó a plantear una persecución política.
Está imputada por el delito de “homicidio doblemente agravado en carácter de partícipe primario”.
Emerenciano Sena (61), el patriarca que no sabía nada
Emerenciano Sena, durante un corte de ruta.Líder del movimiento piquetero, Emerenciano fue una figura de poder que se hizo un lugar desde los cortes de ruta de comienzos de los 2000. Se escindió del movimiento MTD y creó su propia corriente, con la que tomaron terrenos en las afueras de Chaco para crear un barrio propio.
Durante los últimos veinte años construyó poder y músculo territorial. En junio de 2023 era candidato a diputado provincial en la lista de Capitanich, su jefe político.
Para la Justicia, tanto él como Acuña propiciaron dejar el espacio libre en la casa para que su hijo cometiera el femicidio. A diferencia de su esposa, en todo momento sostuvo que no sabía nada de un crimen y que se enteró de todo la tarde en que allanaron su casa y se fue detenido.
“Yo quiero dejar en claro que nadie me avisó nada, nadie me dijo nada de todo esto, yo no sabía nada absolutamente de todo esto, de lo que sucedió, que estoy seguro que es un hecho terriblemente aberrante, pero yo nunca ni tuve idea que podía pasar esto”, sostiene.
En todas sus declaraciones judiciales y en las cartas que escribió durante el encierro, Acuña siempre se esforzó por remarcar que Emerenciano no sabía nada y que había que ocultarle los hechos. “Por la estructura del movimiento, es muy difícil que se haga algo sin que él sepa”, sostuvo una fuente judicial.
En uno de los mensajes de WhatsApp que se pudo sacar de su teléfono, le dice a Obregón el día del crimen que fuera a verlo porque “estaba teniendo un drama” y que no dijera nada.
Gustavo Obregón (44), el colaborador que contó todo
Emerenciano Sena y su esposa Marcela Acuña (debajo) con sus colaboradores: el chofer Gustavo Obregón y su pareja, Fabiana González. Los cuatro están detenidos por femicidio de Cecilia StrzyzowskiJosé Gustavo Obregón es uno de los colaboradores más estrechos del clan. Los conoce hace más de 17 años, cuando comenzaron a trabajar él y su pareja, Fabiana González, para el matrimonio piquetero. Era una especie de mano derecha de Emerenciano y el chofer personal de César. De hecho, conocía a Cecilia por llevar y traer a los dos jóvenes frecuentemente.
Es por eso que fue la persona a quien llamó Marcela Acuña para pedirle que fuera a chequear si había un cuerpo en la casa. Obregón entró a la casa, confirmó que había un cadáver y le escribió a Marcela. Luego salió a la calle y se largó a llorar tomándose la cabeza entre las manos, según aparece en una cámara de seguridad.
Obregón participó como encubridor acompañando a César a Campo Rossi a quemar el cuerpo. César hizo la pira, según sus declaraciones en el expediente. Dos días después del crimen, junto a César compraron unas bolsas de residuos para volver al campo, recoger los restos quemados y llevarlos al costado del río Tragadero para descartarlos.
Fue uno de los que más colaboró con la Justicia. Detalló cómo fue el recorrido desde la casa al campo, dónde lo quemaron y dio precisiones en el lugar junto a los fiscales. Gracias a esos datos, la fiscalía pudo encontrar pertenencias incineradas de Cecilia, claves para reconstruir los hechos.
Está acusado de “encubrimiento agravado”.
Fabiana González (38), la mano derecha de Acuña
César Sena, con Fabiana González y Gustavo Obregón.Fabiana González, esposa de Obregón, era la mano derecha de Acuña. Era quien le hacía trámites o le sacaba turnos médicos. También era una especie de guardaespaldas durante las marchas piqueteras.
En la mañana del crimen estuvo en la casa, según figura en las cámaras de seguridad. Declaró ante los fiscales que vio a César, pero no a Cecilia.
Ese día -por la tarde- Acuña le envió mensajes urgentes, indicando que estaba “desesperada” y que tenían hasta las “19:30 horas para sacar eso de mi casa“. González llegó en su moto, se cruzó con Obregón. Más tarde, según la fiscalía, se encargó de limpiar ciertos sectores de la casa.
Además, fue responsable de gestionar la donación y el traslado de una cama y un colchón que contenían restos de sangre de Cecilia, según se pudo probar luego vía ADN. Estos elementos fueron entregados a una familia del barrio Emerenciano con el propósito de hacer desaparecer elementos que los inculpaban.
Al igual que su marido, está acusado de “encubrimiento agravado”.
Gustavo Melgarejo (31), el casero que quiso desviar la investigación
Gustavo Melgarejo, el casero del campo de Emerenciano Sena. Gustavo Melgarejo era el peón rural a cargo de cuidar el campo donde se incineraron los restos de Cecilia. Sus declaraciones ante la Justicia fueron y volvieron en distintas ocasiones, se contradijeron, buscaron desviar la causa.
Y es que en un primer momento declaró ante los fiscales haber visto a Cecilia con vida, amordazada en una camioneta en la que iban Emerenciano, César y Obregón. Que luego se la llevaron a un basural.
Según creen los fiscales, esa declaración se realizó para tratar de despistar la búsqueda llevándola a un predio inabarcable e imposible de revisar. Luego diría que mintió por presión de la Policía y de un abogado y rectificaría sus dichos.
Los fiscales sostienen que fue el responsable de mantener vivas las llamas de la fogata en la que se incineraron los restos de Cecilia. Y es que por el estado de calcinación de los huesos, que hizo imposible efectuar un análisis de ADN, los restos tendrían que haber sido quemados entre seis y catorce horas.
Como Obregón y César se fueron, esa tarea habría quedado en manos de Melgarejo. Por eso está acusado de “encubrimiento agravado”.
Griselda Reinoso (44), la detenida que calla
Griselda Reinoso, imputada por el femicidio de Cecilia Strzyzowski.Griselda Reinoso era pareja de Melgarejo al momento del crimen. Tenían una relación violenta y tóxica, pero vivían juntos en el Campo Rossi, donde le daban de comer a los animales que estaban en el lugar. Es madre de nueve hijos. A diferencia del resto, ella no era miembro del movimiento piquetero de los Sena.
Su rol es algo más difuso. En su declaración dijo que no estuvo en el campo cuando llegaron Obregón y César, y sostuvo que se había ido a comer con unos vecinos. Afirmó que nunca salió de la casa y negó haber participado del crimen. A los pocos días se fue del campo tras una pelea con su marido, en donde la amenazó de muerte.
Pero para los fiscales, tanto ella como Reinoso debieron haberse quedado en el lugar avivando el fuego en donde se quemó el cuerpo. También está acusada de “encubrimiento agravado”.
