El cartel blanco con letras rojas que dice “Gdor. Mansilla” aparece después de varios kilómetros de campo abierto, donde el verde parece no terminar nunca. Desde el auto, los árboles altos y alineados anuncian que el pueblo está cerca. Es un lugar de calles prolijas, casas pintadas y persianas bajas a la hora de la siesta. Todo parece quieto, suspendido en una rutina sin sobresaltos. Pero desde que encontraron el cuerpo de Daiana Mendieta, el silencio se volvió otro.

La joven de 22 años apareció asesinada dentro de un aljibe, tapado con ramas, a metros de la ruta 12. La buscaban hacía cuatro días. Era imposible no conocerla: en Mansilla todos se cruzaban con ella, todos sabían de su sonrisa, de su amor por la escritura. “La gurisa simpática”, le dicen. En los negocios ahora cuelgan hojas A4 con su foto y una frase que se repite: Justicia por Daiana.

“Cada vez que veo una luna llena pienso en nosotros”

En su cuenta secundaria de Instagram, @escritosdmm, Daiana dejaba entrever mucho más que una pasión por escribir y un fanatismo por la astrología. Su cuenta era privada, pero Clarín pudo tener acceso a algunas capturas. “Dicen que como está la luna en el momento en que te vas a ver con alguien define cada faceta de cómo se expande esa aventura”, escribió en junio. En ese texto, que parece un poema y una confesión al mismo tiempo, hablaba de una relación marcada por las fases lunares, por la distancia y los reencuentros.

“Supongo que el hecho de que la luna llena cierre ciclos habla por sí solo. Tal vez eso quería decir más que todo lo que nos decíamos en cada despedida. Si no era un insulto, era un reclamo, y si no, el orgullo de cada uno, pero siempre algo se terminaba, se rompía”, escribió. Y más adelante agregó: “Y si me preguntan… ¿Y cuando no había luna? Respondería que es exactamente cuando no hay nada ni nadie jodiéndonos la vida. Ese momento donde nos encontramos desaparecidos, dos personas que se refugiaban entre sí”.

Daiana Mendieta tenía una segunda cuenta de Instagram con posteos sobre una relación.

En Mansilla, donde los días se repiten entre el ruido de los tractores y el murmullo del campo, esas palabras resuenan con otra fuerza. “Ella frecuentaba con este hombre, él estaba enloquecido por ella”, dice una amiga a Clarin. Se refiere a Norberto Gustavo Brondino, el productor rural de 55 años detenido por el crimen.

“Era una relación tóxica, a escondidas. Él tenía mujer y un hijo, y ella estaba empezando a salir con un chico de su edad. Eso lo sacó de quicio”, manifestaron a Clarin. .

"Si no era un insulto, era un reclamo"“Si no era un insulto, era un reclamo”
Los posteos de Daiana Mendieta en su instagram @escritosdmmLos posteos de Daiana Mendieta en su instagram @escritosdmm

El hombre está con prisión preventiva por 90 días por “desobediencia” y “resistencia a la autoridad” por resistirse a los tiros a un allanamiento en su casa, cuando la joven aun era buscada como desaparecida. Mientras tanto, lo investigan como el principal sospechoso del femicidio.

En Gobernador Mansilla, el pueblo seguía conmocionado y el comentario era la presencia de los investigadores en el galpón donde trabaja Brondino, que justamente da al fondo de la casa de los Mendieta. Ahí realizaban pericias y tomaban fotos.

“No eras quien decías ser”

En otro de sus escritos, Daiana pareció escribirle directamente a alguien. “Siempre me dijiste que éramos muy diferentes, y cuánta razón tenías. A mí jamás se me hubiera cruzado por la mente usar el poder, aún sintiendo que esa persona daría lo que fuera por mí. Jamás hubiera querido lastimarte, ni siquiera dejar que me rogaras”, publicó.

Daiana Magalí Mendieta (22) fue asesinada en Gobernador Mansilla, Entre Ríos.Daiana Magalí Mendieta (22) fue asesinada en Gobernador Mansilla, Entre Ríos.

El texto continúa como una carta íntima, una radiografía de una relación desigual: “No eras quien decías ser, aún no sé si de verdad me llegaste a querer o solo amabas mi forma de elegirte por encima de todos. Todo lo que decías se volvía contradictorio cuando me tenías en frente, rodeados de cuatro paredes, donde no había nadie. En el momento en que tus brazos rodeaban mi cuerpo, ese momento donde dejaba de ser una chica independiente y tú mostrabas tu esencia de protección”.

Los investigadores confirmaron que Brondino y Daiana hablaban por teléfono antes de que ella desapareciera. Las cámaras registraron su camioneta cerca de la casa de la joven esa noche. En el pueblo, todavía cuesta asimilarlo. “Era un hombre tranquilo, de toda la vida. Muy carismático”, repiten. Pero quienes conocían a Daiana sabían que detrás de esa calma había algo más.

"Jamás se me hubiera cruzado por la mente usar el poder"“Jamás se me hubiera cruzado por la mente usar el poder”

“Entre textos cargados de nostalgia, Daiana también escribía sobre su identidad y sus sueños. “Un lugar, mi lugar. Donde puedo escribir, editar, expresar. Tengo cuatro libros hasta el momento… Escucho Adele cuando estoy triste, Justin Bieber cuando estoy en la nostalgia y Tini cuando necesito expresarme”, escribió el 22 de junio.

Sus palabras construyen el retrato de una chica sensible, luminosa y talentosa, que encontraba en la escritura su refugio. En su texto de septiembre, parecía buscar alivio: “A veces solo necesitamos sentarnos a tomar unos mates con alguien que adore escucharnos, entendernos, protegernos. Necesitamos dejar que nos quieran bonito”.

En Gobernador Mansilla, donde los tractores y las ovejas son parte de la rutina de pueblo, y las puertas todavía se dejan abiertas, el caso de Daiana partió algo más que la rutina. En las charlas de almacén, las vecinas repiten lo que muchas sabían: “Acá es común que haya hombres grandes con chicas jóvenes del campo. Es algo que muchos naturalizaron”.

Marcha por Daiana en la ciudad de Paraná. Foto Marcelo Carroll / Enviado especialMarcha por Daiana en la ciudad de Paraná. Foto Marcelo Carroll / Enviado especial

Las palabras de Daiana hoy circulan en los teléfonos y en las marchas. Algunos leen sus textos como advertencias, otros como poemas de una joven enamorada. Pero todos coinciden en que en esas líneas había algo premonitorio, una mezcla de belleza y presagio.

“Cada vez que veo una luna llena pienso en nosotros y en cada pelea”, escribió alguna vez.

Gobernador Mansilla. Enviada especial



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