Mientras el cortejo dejaba el Club Social y Deportivo Defensores Unidos de La Tablada, mientras los amiguitos de Thiago Correa (7) soltaban globos blancos para despedir al nene, a cinco kilómetros, en la fiscalía de San Justo, el policía federal Facundo Daniel Aguilar Fajardo (21) era formalmente notificado de la acusación que, a partir de ahora, pesará sobre él.

El fiscal Diego Rulli lo acusó de “homicidio simple con dolo eventual” y Aguilar Fajardo permanecerá detenido en una comisaría de La Matanza, al menos hasta que el juez defina su situación.

Para el Ministerio Público Fiscal, Aguilar Fajardo no cometió un exceso en la legítima defensa sino que, tras conocerse el fallecimiento de Thiago, consideró que cometió un “homicidio simple con dolo eventual“,con lo cual la pena en expectativa se agrava (de 8 a 25 años).

Para la Justicia, el policía no tuvo intención de matar, sino de defenderse de la agresión de los cuatro ladrones que intentaron asaltarlo. Pero debería haberse representado que su conducta (disparar 11 veces sin un objetivo directo) podía causar la muerte de alguien, en este caso la de Thiago.

Thiago estaba internado en la terapia intensiva del Hospital de Niños de San Justo, donde los médicos habían confirmado que tenía muerte cerebral. El disparo que salió del arma de Aguilar Fajardo fue letal y a la cabeza.

El fin de semana se conoció la noticia del cambio de carátula y este lunes Rulli lo citó para ampliar su indagatoria.

Fuentes judiciales consultadas por Clarín confirmaron que el policía federal “se remitió a lo dicho” y sostuvo lo mismo que en su declaración inicial.

Lo hice porque pensé que a mi mamá la mataban ahí mismo y no la iba a ver nunca más”, manifestó la primera vez.

Lo cierto es que fueron 11 disparos en apenas nueve segundos.

El oficial ayudante Facundo Daniel Aguilar Fajardo sacó su pistola reglamentaria, caminó unos pasos hacia atrás y les disparó a los cuatro ladrones que lo asaltaron mientras esperaba el colectivo junto a su madre en Ciudad Evita, La Matanza.

Uno de esos disparos hirió a Thiago y lo mató. Estaba a 180 metros del lugar junto a su papá, Víctor Fabián Correa (28), y murió este viernes.

El policía, además, quedó detenido por el homicidio de uno de los asaltantes, que recibió seis tiros, se cree que por la espalda. Hay otros dos delincuentes detenidos, también heridos, y uno prófugo.

En las imágenes de una de las cámaras de seguridad se ve que los cuatro ladrones van caminando sobre la avenida Crovara hacia la calle Madrid, de Ciudad Evita. Tres de ellos fueron identificados como Brandon Corpus Antelo (18), que murió en el lugar, Uriel Montenovo (21) y Uriel Leiva (21).

Thiago era alumno de la Colegio Parroquial Santa Rosa de La Tablada y jugaba al fútbol en la categoría 2017 del Club Defensores Unidos de Tablada.

El miércoles salió del colegio y fue a entrenarse. Después su papá lo pasó a buscar y lo llevó a su casa. Cenaron juntos hasta que tuvo que regresar con su mamá.

Víctor y Thiago caminaron unas cuadras hasta la parada del colectivo para ir a lo de Diara Medina, en Ciudad Evita. Fue ahí que quedó en medio de la balacera.

El imputado designó como defensores a abogados de la Policía Federal Argentina (PFA), luego de recibir el apoyo de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que decidió involucrarse públicamente en plena investigación judicial.

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El Ministerio de Seguridad pedirá el cambio de carátula en el crimen de Thiago Correa

Mientras el autor del disparo que mató a Thiago era trasladado a la fiscalía de San Justo, el cuerpo del nene dejaba la casa velatoria para que el cortejo fúnebre pasara por el colegio Santa Rosa y por el Club Defensores Unidos de La Tablada, junto familiares y amigos del chico y de sus padres.

El velorio había comenzado el domingo a las 17, en la cochería Dauria, ubicada en San Justo, y terminó a las 9 de la mañana con el cortejo que cerró en el cementerio de González Catán.



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