Escándalo sobre escándalo. A la investigación sobre el procedimiento armado que a Elías Piccirillo (38) -ex marido de la modelo Jésica Cirio (40)- le imputan haberle hecho a un acreedor usando policías de la Ciudad, se sumó en los últimos días un episodio alarmante: según declaró un testigo, hubo una primera trampa ejecutada en el barrio de Parque Patricios a plena luz del día, pero los oficiales contratados se asustaron porque dos vecinos comenzaron a filmarlos.

Este hecho fue relatado al fiscal federal Franco Piccardi, a cargo de la instrucción de la causa, el pasado 28 de abril. La testimonial la brindó un amigo de Francisco Hauque (41), quien estaba con él ese día en Parque Patricios cuando, sin motivo aparente, los paró un auto policial no identificable. El detalle: cuando los detuvieron, Hauque acababa de reunirse con Piccirillo en un café de avenida Caseros y La Rioja.

De acuerdo a la investigación del fiscal, la madrugada del 18 de enero último, Hauque y su novia, Anahí Aquino Laprida (30), fueron detenidos y acusados de llevar en su camioneta Audi Q8 casi un kilo y medio de cocaína y un arma que estaba envuelta en una tela y encintada. De inmediato, el detenido apuntó a Piccirillo, con quien había cenado en el Palacio Duhau, de Recoleta, minutos antes del operativo policial.

La Justicia descubrió luego que Hauque tenía razón. Por eso terminaron procesados con prisión preventiva Piccirillo, un amigo de este, el ex policía de la Federal Carlos “El Lobo” Smith (45); el jefe de Robos y Hurtos Zona Norte de la misma fuerza, Iván Carlos Helguero (50); y cinco de sus subordinados.

Este miércoles se levantó el secreto de sumario y hasta el momento los investigadores establecieron que previo a la trampa de Recoleta hubo un primer intento de Piccirillo de sacarse a Hauque de encima. ¿El motivo? Evitar pagar una deuda de 6 millones de dólares que su acreedor ya le reclamaba en base a amenazas de “quemarlo” en la televisión.

Ese primer episodio, que no llego a concretarse, fue contado por el testigo y también lo declaró el propio Smith, quien dio su versión como imputado colaborador.

“Según Smith, cuando le ofreció a Piccirillo los servicios de Robos y Hurtos, Piccirillo le dijo que ya lo había intentado por su cuenta y no había funcionado. Ahí, Smith le aclaró que una cosa eran los de Robos y Hurtos Zona Sur (del fallido operativo en Parque Patricios) y otros eran de la Zona Norte, de donde era su contacto, el comisario Helguero”, contó a Clarín una fuente del caso.

Luego de mucho insistir, Piccirillo ampliará este jueves su declaración indagatoria. Una versión indica que lo haría principalmente para despegar a Cirio. Tal vez le pregunten sobre lo ocurrido en Parque Patricios.

Smith no dijo mucho, pero el amigo de Hauque sí dio muchos detalles. Algunos párrafos de su testimonial, a la que accedió Clarín:

1)”Francisco se tenía que reunir con este muchacho, Piccirillo, que yo no lo conocía salvo de nombre. A Francisco no le gusta manejar, entonces me pidió si lo acompañaba y yo lo llevé y lo esperé a la (salida de la) reunión, esto era en un Starbucks en la avenida Caseros en Parque Patricios, a una cuadra de la sede de Huracán. Yo me quedé enfrente en la plaza estacionado, esperándolo a Francisco mientras tenía la reunión, que habrá durado más o menos una hora y media”.

2)”Lo veo salir a Francisco que se sube al auto del lado del acompañante, ahí arranco, nos vamos para su casa en Puerto Madero. Cuando arranco, a las seis, siete, ocho cuadras, sobre la misma avenida en sentido hacia avenida Entre Ríos, estábamos en un semáforo, yo miro por el retrovisor y veo un Peugeot 207 plateado con cola que saca un mano izquierda y pone la sirena y me hace una luz”.

3)“Yo le dije: ‘Oficial que tal ¿por qué nos paran?´A eso me dijo: ‘Nos parece raro esta camioneta de alta gama en esta zona´. Entonces, por eso me pide los documentos del auto que yo le doy, Ellos se bajaron sin ningún tipo de uniforme o identificación y no recuerdo si dijeron a que división o repartición pertenecían. A medida que nos empezaron a conversar, se ponen unas pecheras celestes”.

4)”Yo empiezo a mirar alrededor y me doy cuenta que hay un hombre grandote con anteojos, morocho enfrente que estaba atrás de un contenedor de los verdes de basura filmando con el celular, escondido, no era ni parecía un vecino curioso. Seguido de eso miro a la izquierda, y a los 20 o 25 metros, en la misma vereda, había otro hombre parecido filmando. Cuando yo advierto esto, le digo a los policías que nos están filmando, que estaba pasando algo, que fueran a ver qué era lo que pasaba; les insistí tres veces por lo menos y ahí ellos minimizaban la situación, decían que seguro eran unos vecinos: ‘Quédate tranquilo ya está son del CAVS´, refiriendo que eran vecinos que monitoreaban a los policías”.

Demasiadas similitudes. Demasiada casualidad. Una nueva punta para investigar. Con más policías bajo sospecha.



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